Mariano Pascual prefiere no ponerse etiquetas. Su formación y trayectoria profesional engloban tantos aspectos del diseño y la creatividad que definirse en una sola palabra resulta inexacto y arbitrario. A Mariano lo que le interesa es el proceso creativo, explorar lo desconocido y afrontar los retos de plasmar sus descubrimientos en un soporte determinado. Como somos dados a la catalogación, podemos decir que es diseñador gráfico, y de producto, también editorial, es ilustrador y por supuesto artista. Mariano Pascual es todas esas cosas, y alguna más. Ya lo veis, aunque parezca fácil colgar etiquetas, no resulta tan sencillo. Mejor dejamos que su trabajo, y él mismo, nos lo cuenten.
Te defines como un diseñador multidisciplinar, ¿Cuál ha sido tu formación oficial? He estudiado diseño gráfico e ilustración en Argentina y posteriormente he ampliado mis estudios en Barcelona haciendo diseño editorial y diseño de packaging. He trabajado en estudios de diseño y también un par de años en productoras de moda. Finalmente todo esa información acabo por formarme. Hago algo que está entre la ilustración y el diseño aunque me parece que diseñador multidisciplinar no se ajusta a lo que desarrollo actualmente, y es una definición que está un poco out-dated. Definirse a un mismo es difícil, sobretodo últimamente. Creo que prefiero que mi trabajo hable por sí solo.
«Suelo disfrutar del proceso que atravieso mientras estoy creando»
De todas las esferas del diseño en las que trabajas: ilustración, editorial, gráfico, producto… ¿con cuál de ellas disfrutas más? En realidad no va ligado a un campo en particular, en general suelo disfrutar del proceso que atravieso mientras estoy creando. Me guía una necesidad de saber dónde voy a llegar o que voy a descubrir. Para mi, mi proceso creativo es un momento de exploración, es adentrarme en un mundo que no conozco.
Me gusta verlo así porque eso lo hace realmente emocionante. Reconozco claramente que a veces suele ser bastante duro pero en general es una placentera incursión de la cual yo también salgo distinto. A decir verdad, el producto final muchas veces queda en un segundo plano… no por restarle importancia, sino porque el proceso de adaptación de ese universo a un soporte determinado es lo que toma más relevancia. Siempre voy a disfrutar de cualquier proyecto que represente un desafío.
Has expuesto tu trabajo en diferentes muestras colectivas y también en solitario ¿existe diferencia entre artista y diseñador? Creo que es la gran pregunta… como la cuestión del huevo y la gallina, a ver que vino antes. Yo tengo mucho de ambos, por el simple hecho de que no me puedo definir dentro de una sola disciplina y considero que tampoco hace falta. Seguro que hay tantas diferencias como similitudes pero son formas de creación que al final no están tan lejos. Trabajar con la imagen y con recursos visuales es un poco eso… y ni hablar si metemos emoción en el medio.
Supongo que uno no puede definirse demasiado a si mismo y los limites se van desdibujando cada vez mas. El artista funciona como herramienta de transformación social muy potente, como registro de su época. Va más que una experiencia estética. El diseñador, por lo general responde a encargos de clientes y toma una posición de codificador visual de un mensaje que es ajeno. Yo suelo ir de un lado a otro, a veces es un proceso de creación artístico que supone un momento de libertad absoluta, un acto de experimentación, mientras otras es la transmisión de un mensaje.
En tu lenguaje visual observamos una clara influencia de la estética Memphis, con provocativas propuestas, brillantes, coloridas e impactantes. ¿Qué supone para ti el concepto del movimiento Memphis? Lo que siempre me atrajo del movimiento Memphis ha sido aquella exuberante filosofía de creación. Fue un movimiento rompedor que propuso que no haya límites a la imaginación e irrumpió en su época cuestionando los cánones de lo establecido como ‘buen gusto’. Fue tan de vanguardia que aún sigue vigente hasta el día de hoy, con un revival de aquella influencia.
Me sirvió mucho en mi búsqueda de un estilo personal, creo que el Memphis ha logrado difuminar las fronteras de lo considerado estéticamente armonioso, pero aún así siempre ha perseguido generar emociones a través de sus colores y la audacia con la que combina formas geométricas simples para darle un nuevo sentido. Me inspiran en particular lo retorcidas que pueden llegar a ser sus composiciones y esa manía escandalosa de sorprender.
¿Cómo defines tu universo imaginario particular? Me gusta pensar que mi imaginario proviene de otro mundo, una realidad paralela o como mensajes del futuro, todas son válidas porque todas podrían ser la misma cosa. Es en cierta parte también una incógnita que busca ser resuelta, aunque las respuestas no las tengo yo y si las tuviera no se las diría a nadie.
¿Dónde suceden esas cosas que no somos capaces de explicar? Es una cuestión muy personal, a mi me gusta jugar con eso. Quizás donde suceden mis ilustraciones no es un lugar, sino un estado. Un estado que es diferente para cada uno. Quizás ese universo paralelo existe dentro de mí, o quizás funciono como una antena que recibe información desde algún sitio remoto. Eso si, nada muy serio, no os quiero engañar, Todo pasa por un filtro, todo es magia y algún día todo tendrá sentido.
Entre toda la explosión de color y formas orgánicas que encontramos en tus proyectos, hay algunos trabajos en blanco y negro. ¿Cuáles son tus preferencias de color? Me gusta usar colores o muy brillantes o desaturados y en grandes superficies planas, donde aveces suelo aplicar texturas para hacer que se interprete mejor el material del que están hechas las cosas. Me gusta variar con piezas en blanco y negro para generar ritmo y contar escenas con otro carácter. Las piezas monocromáticas suelen tener un tratamiento más dramático de luces y sombras por lo que contrarrestan inesperadamente con la inocencia de las piezas pastel, pero no dejan de pertenecer al mismo mundo.
Sobre tu producción es digital, ¿qué herramientas utilizas en el proceso creativo? Trabajo de forma casi exclusivamente digital, digo casi porque por lo general visualizo las primeras ideas a papel y lápiz pero enseguida paso al ordenador (y lo del lápiz no pasa siempre). Dibujo con una tableta Wacom Intous con la cuál me siento muy cómodo y he aprendido a dominar. Me es muy práctica en la búsqueda de precisión de formas y perfección geométrica.
¿Cuál es el perfil del cliente que acude a Mariano Pascual para sacar adelante un proyecto? Eso depende, he tenido encargos de todo tipo con clientes de muchos países al rededor del mundo.. El perfil de cliente varía así como también varía el tipo de industria para la cual va dirigido. A veces me sorprende que pueda adaptar mi estilo para fines tan heterogéneos y públicos tan distintos.
«CREMA es un show para descubrir a nuevos talentos»
Has sido el responsable del diseño de la imagen de CREMA, el premio al Talento Emergente en Diseño creado por el Festival BLANC, ¿qué supone un proyecto así para un diseñador? Sin duda que me hayan convocado para ocuparme de la identidad de los premios CREMA ha sido uno de los grandes proyectos de este año. Es un orgullo poder trabajar en un proyecto de estas características, imagino que para mí y para cualquiera. Estuve en la gala del año pasado y puedo asegurar que no he visto un evento semejante en el mundo del diseño.
La propuesta de Crema es atrevida, desenfadada y sobretodo muy divertida. Es asistir a un show, que combina lo interesante de descubrir a los nuevos talentos con reacciones o situaciones inesperadas. Era un desafío crear algo que se ajuste a esas premisas y teniendo como precedente la genial imagen del año pasado. Una de las grandes ventajas han sido que la gente de Blanc me han dado absoluta libertad para que diera rienda suelta a mi delirio, alentándome durante todo el proceso.
Tu página web es una fiesta interactiva, ¡nos encanta!. Cuéntanos cómo llegaste a ese resultado final, ¿cómo surgió la idea? Gracias! Fue después de haber estado pensando, repensando, diseñado y probando cosas durante casi un año hasta dar con ese resultado. Todo el proceso de la página web fue un proyecto hecho en equipo con varios talentos que se han embarcado conmigo en esta aventura. La idea surgió de crear algo que sea 100% personal, una experiencia, un portfolio interactivo que actué como un portal para adentrarse en mi mundo. Fue ahí que decidimos hacer un sistema operativo. ¿Que mas personal que tu propio ordenador?
¿Porqué elegiste la ciudad de Barcelona para establecerte? Lo que me gusta de Barcelona es un poco cliché, pero principalmente por estar bien conectada, por ser infinitamente inspiradora y por las relaciones que he podido estrechar en esta ciudad. Constantemente están pasándome cosas, tanto buenas como malas y eso me hace elegirla también. Tengo una relación de amor-odio con Barcelona, todo el tiempo estoy yéndome y siempre estoy volviendo. Es un amor de verano que duró mucho más tiempo del que pensaba.
Entrevista: Rosario Muñoz
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