Crear imágenes es la pasión de Micol Talso. Por eso es miembro imprescindible de la ecuación de creativos que conforman Toiletpaper Magazine. Micol Talso es directora de arte, diseñadora y fotógrafa, la fuerza de su trabajo viene definida por los parámetros de color y saturación, la construcción de las imágenes y su capacidad para evocar. Hablamos con Micol Talso para conocer más sobre su trabajo en Toiletpaper y otros proyectos. Con sus palabras volvemos a reiterarnos en la importancia de disfrutar de lo que uno hace. El peso que la felicidad y el bienestar personal e individual tienen sobre el proceso creativo es real, así como la motivación y la búsqueda de oportunidades en las que poder desarrollar las propias habilidades.
Trabajaste durante una década en la industria de la publicidad, en Italia y en Argentina, antes de distanciarte y decidir establecerte por tu cuenta. ¿Cuál fue el detonante de esta decisión?
El detonante fue el tiempo. Me di cuenta de que pasaba más de ocho horas al día en una oficina, cinco días por semana o más. Y las horas en las que realmente hacia algo útil, me divertía y me motivaba eran la mitad o menos. Decidí probar a seleccionar más mis proyectos siendo autónoma, y con el tiempo que gané podía dedicarme más a mi familia, algún proyecto personal o simplemente a mirar el cielo.
En las agencias aprendí a usar el uniforme, lo cual significa trabajar con un equipo de personas. He aprendido a relacionarme, vender mis ideas, escuchar y observar cómo trabajaban lo demás, y si tienes suerte te vas a encontrar con gente talentosa que te puede enseñar mucho. Aprendí a trabajar con muchos límites, y a veces pueden ser tus mejores amigos, hay que jugar con ellos.
Apart-Collective, talentos creativos freelance
Y entonces fundaste Apart-Collective, un colectivo de freelances de publicidad. ¿Cómo funcionáis? ¿Cuáles son vuestros principios?
Apart nació con la idea de crear una estructura más libre y abierta, apoyada en talentos creativos freelance que en un cierto momento de su recorrido comparten sus habilidades con el colectivo. Creo en el talento y creo que hay cierto tipo de figuras creativas que hay que dejarlas volar, no las puedes atrapar en una oficina haciendo trabajos repetitivos. Cuanto más novedoso es el proyecto, más sacan las personas lo mejor de sí mismas. Este método nos permite llamar a los talentos que se adaptan más y pueden aportar más a un determinado proyecto.
Apart (‘distantes’, ‘separados’) porque la distancia física con los clientes o entre los socios y colaboradores nunca fue un verdadero problema, sobre todo si por otro lado ganas libertad de movimiento e inspiración. Gracias a mis socios, Apart se especializa ahora en brand identity y creative strategy. Sigo como socia y a veces compartimos proyectos, aunque mi camino se ramificó hacia otros destinos fuera de Apart. Yo también necesito volar.
Diseño, fotografía, dirección de arte… ¿Cuál de estas disciplinas te complace más?
Fotografía, diseño y dirección de arte son para mí parte de lo mismo. Instrumentos que sirven para la creación de una imagen, que al fin y al cabo es lo que más me apasiona. Crear imágenes que puedan capturar la atención de la gente por más de dos segundos. Estoy convencida de que las imágenes pueden tocar a las personas de una manera más profunda que las palabras. A nivel subconsciente tienen un poder enorme. Las imágenes lindas se comportan como un virus: una vez inyectado puede seguir produciendo efectos por mucho tiempo. Y yo creo firmemente que todos tenemos mucha predisposición al virus de las imágenes.
Toiletpaper Magazine, fuerte y memorable
¿Cuándo y cómo llegó el proyecto de Toiletpaper Magazine?
Cuando me fui de las agencias ya tenía un estilo más marcado y podía empezar un poco a elegir mi camino como directora de arte. Tenía ganas de buscar oportunidades que me definían, sitios de los que quería que mi sello formara parte. Cuando tienes esta predisposición, te vas acercando de manera muy natural a las oportunidades que más se acercan a tu estilo. Toiletpaper Magazine nació en 2010 desde una colaboración entre el artista Maurizio Cattelan y el fotógrafo Pierpaolo Ferrari. En aquella época yo trabajaba mucho con Pierpaolo y he tenido la suerte de encontrarme ahí, en el salón de su casa, cuando nació la idea de crear un magacín hecho únicamente de imágenes chocantes, irreverentes y memorables, y me involucré totalmente en el proyecto.
¿En algún momento pensasteis que lo que estabais creando se convertiría en una revista de culto?
Cuando empiezas un proyecto nunca sabes realmente dónde va a llegar. Sobre todo cuando se trata de un proyecto artístico-lúdico. Puedes tener una idea o imaginarte metas, pero la mayoría de las veces las cosas van cambiando y por suerte hay una parte de sorpresa, de magia o de inconvenientes que hacen que las cosas no sean tan previsibles. Decidí entrar en el proyecto porque sentía que me podía divertir mucho y aprender más y, conociendo a Maurizio y a Pierpaolo, sentía que iba a ser algo memorable.
La presión, algo bueno y sano
Con esta etiqueta con tanto peso, ¿existe algún tipo de presión a la hora de enfocar la creación de un nuevo número?
Creo que la presión nos la ponemos nosotros. Es algo bueno y sano, que nace de la voluntad de mantener el nivel de lo que producimos lo suficientemente alto para que a la gente le den ganas de girar la página y no tirarnos al baño.
¿Cuál es tu método de trabajo como directora de arte en Toiletpaper Magazine? Nos gustaría conocer cuál es el proceso creativo de Micol Talso durante el desarrollo de un número de la revista.
Siempre hemos preferido trabajar como un equipo: sentimos que las mejores ideas muchas veces se originan en la confrontación con las personas que te rodean en tu trabajo. Toiletpaper no es una excepción. Durante nuestros shootings el proceso es inmediato y todos pueden contribuir, nadie está excluido. Es una performance colectiva donde Maurizio y Pierpaolo tienen un rol más directivo, uno a nivel conceptual y el otro a nivel estético. Yo, como directora de arte, estoy involucrada a todos los niveles, desde la primera parte de búsqueda e inspiración, para crear ideas para el nuevo shooting, hasta la parte de selección, retoque de imágenes y editing ejecutivo que va a la imprenta. Juntos nos movemos como un pincel sobre un lienzo, construyendo y creando las capas que van a ser el siguiente número de la revista.
Freeda, a ritmo fast good food
Háblanos de Freeda y del trabajo como directora creativa en este revolucionario perfil prowoman.
Cuando me ofrecieron crear la identidad visual de Freeda y hacer la dirección creativa pensé que era un lindo desafío porque nunca había hecho algo así, y era totalmente diferente a Toiletpaper. Freeda no se imprime en papel, ni siquiera tiene una pagina web propia. Todos los contenidos están vinculados a través de social media. En Toiletpaper a veces tardamos meses para producir dos imágenes; en cambio, los ritmos en Freeda son más parecidos a los del fast good food. Creamos rápido y en cantidad, y no creo que pudiera haber llegado a hacer ese trabajo de esa manera sin haber tenido la experiencia.
Los contenidos de Freeda no se dirigen a un público de nicho como es quizás el de Toiletpaper. Se dirigen a un público más masivo, tienen la ambición de comunicar a toda una generación. Si uno tiene la pretensión de representar a una generación del presente, tiene que entender las dinámicas y hablar el mismo idioma. Estamos en un momento en el cual nuestro mundo está totalmente repleto de imágenes que son fáciles y rápidas de consumir, y por esta razón Freeda se tiene que adaptar. Toiletpaper es más un monólogo personal, mientras que lo de Freeda es un diálogo con millones de mujeres que nos responden a todos los contenidos y nos van sugiriendo lo que vamos a crear en futuro.
Comunicar sin tener que explicar
Estás instalada en Madrid, pero trabajas a nivel internacional.
Esto es posible ahora gracias a la tecnología. Skype, Googlemeet, aviones y una buena dosis de optimismo me han dado la posibilidad de trabajar desde el lugar donde vivo con mi familia. A veces, cuando me toca viajar más de dos veces al mes o cuando trabajo con países que tienen horario opuesto al nuestro, es cansado y un poco estresante, pero por ahora es un mal menor.
Fuiste la encargada de diseñar la imagen de la última edición del festival Los Veranos de la Villa de Madrid. Un trabajo refrescante y con mucha fuerza. En tu trabajo es vital la utilización del color y de objetos cotidianos para crear símbolos y asociaciones. Son carteles publicitarios que rezuman arte pop. ¿Qué papel tiene el arte en el proceso creativo de Micol Talso?
Siempre me apasionó el arte. Me inspira y seguramente me he apropiado de algunas formas de lenguaje artístico, como por ejemplo el permiso de comunicar sin tener que explicar mucho y dejando al público un margen más o menos grande de libre interpretación. Cuando hago publicidad que tiene un target muy amplio como los carteles de Los Veranos de la Villa, me gusta inspirarme en el mundo del arte pop. Su simplicidad y a la vez su fuerza tienen el poder de llegar a muchísima gente. Al representar las imágenes cotidianas de una forma estética diferente, se trasforman en una representación simbólica. Cuando pasa esta combinación se produce un pequeño choque y nacen otras sensaciones o, por lo menos, curiosidad.
Entrevista: Rosario Muñoz
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