Con tan sólo cinco años sus padres supieron reconocer en él un talento especial en el dibujo, así que le apuntaron a clases los sábados por la mañana. Ese fue el primero de una serie de estímulos positivos que marcarían su camino hacia el éxito como pintor reconocido internacionalmente. Todd Schorr es uno de los artistas del movimiento conocido como Lowbrowmás relevantes de la escena. Este neoyorquino nacido en la década de los 50 creció influenciado por las películas de fantasía y aventuras, como el clásico de 1933, King Kong, los primeros dibujos animados de Walt Disney y Max Fleischer y las revistas de cómics como Mad, que han marcado el lenguaje visual de su obra durante toda su trayectoria. Las drogas y la psicoedelia imperantes en sus años de juventud hicieron el resto. Cautivado por las técnicas de pintura de los grandes maestros clásicos durante un viaje a Europa, Schorr terminó de definir las bases de su estilo, combinando dichas técnicas con su fascinación por la estética del cómic. Su obra crea mundos imaginarios repletos de escenas grotescas en las que aparece todo un catálogo de personajes, algunos inventados y otros fácilmente reconocibles en el imaginario popular, para realizar unaparodia del consumismo. En su trabajo se reconoce la crueldad disfrazada de inocencia como crítica mordaz a la condición humana. Lienzos a todo color, repletos de detalles que dejan al descubierto los pecados más oscuros de la sociedad.
Texto: Rosario Muñoz
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