¡Sitges Festival 2019 te quiero! Es fácil decir ‘te quiero’, pero no tan sencillo, decirlo siempre y de verdad. Pues señor festival de Sitges que cumpliste 52 tacos… Com t’estimo! Te preguntarás que quizás es una manera un tanto cursi de arrancar la crónica de un evento dedicado en cuerpo y alma al terror, el misterio, las vísceras, lo bizarro y cualquier guarida visual comprometida con lo fantástico. El caso es que una edición más, he podido experimentar como de bien me siento engullido por esa burbuja única que provoca. Camaradería, buena onda y respeto existente entre los miles de asistentes. Algo que deberían tener muy en cuenta muchos políticos. Dicho esto –que lo tenía que soltar mientras a pocas calles de donde vivo no paran de arder coches y árboles de una zona donde me encanta pasear- debo decir que el nivel de la pasada edición del Sitges – Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya ha vuelto a colmar mis expectativas, y a dejarme agarrado con uñas clavadas en la butaca de principio a fin.
Un palmarés encabezado por la española “El hoyo”
Así fue, el gran vencedor de la 52ª edición fue el largometraje titulado «El hoyo». La ópera prima del bilbaíno Galder Gaztelu-Urrutia se alzó con el galardón a la Mejor Película. Se trata de un intenso y claustrofóbico thriller ‘carcelario’ donde nuestra sociedad queda retratada de mala manera. Una oda sórdida y oscura a la bajeza humana y sus necesidades extremas. Apuntar que también consiguió el Premio de la crítica y el Premio del público (esto también le ocurrió en el festival de cine de Toronto). Tocará tener siempre en el punto de mira al de Bilbao. Y ahora nos quedamos con esto: un film español, vasco-catalán para más señas, se llevó a casa la estatuilla más preciada por todos. Ojo, que hacía como unos veinticinco años que esto no pasaba.
Otro trabajo que dejó increíbles sensaciones y también se marchó con la cabeza bien alta fue «Bacurau». Dicha producción se llevó los galardones al Mejor Director y el Premio de la Crítica José Luis Guarner. Se trata nada más y nada menos que de una distopía brasileña. Una flecha envenenada contra el Gobierno de Bolsonaro. Al menos así lo vimos todos.
La historia se desarrolla en Sertao, al norte del país, y va de como esos tipos a los que encomendamos nuestros votos venden su gente al mejor postor. En este caso, a los norteamericanos. Para ser exactos a un grupo de yanquis que disfrutan como marranos en el barro de la caza ¡Cacería humana! Pero que no ‘alucinen’ (o si, no voy a ser yo quien os destripe la sorpresa) porque los lugareños no serán pan comido. Visualmente impactante y con interpretaciones solventes de míticos como Udo Kier o Sônia Braga, a la vez que jóvenes promesas como Silvero Pereira o Barbara Colen.
Vivarium, Colour Out of Space y The Lodge
Complicado, pero no imposible. En este plinto de campeones permitidme situaros estas tres películas: “Vivarium”, “Colour Out of Space” y “The Lodge”. Por ese mismo orden además. La primera, dirigida por Lorcan Finnegan y protagonizada por una pareja acertadísima, Jesse Eisenberg e Imogen Poots (de hecho ella se llevó se llevó el premio a la Mejor interpretación femenina) fue un hermoso laberinto de sorpresas.
Una película de ciencia-ficción pura, innovadora y a medio camino entre “The Twilitgh Zone” y “Black Mirror” que transcurre en su mayoría en una extraña urbanización. Aparentemente de ensueño y que bien podría haber sido construida por los creadores de Pinypon y los Teletubbies. Pero claro, en ese aparente idilio pronto aparecerán las goteras. Una metáfora inquietante donde claramente se critica la falsedad de la sociedad en la que vivimos. La dichosa sociedad, de nuevo. Aunque cargada de guiños que nos harán reír, sus personajes lo acabarán pasando muy putas. Y nosotros también a medida que el pulso se va enrareciendo y el espectador es sometido a este extraño juego del que, como José Luis López Vázquez en “La cabina”, es difícil saber si se logrará escapar de rositas.
En Sitges Festival 2019 el público se enfervoriza con la presencia de Nicolas Cage. No es mi caso. Sin embargo debo reconocer que en el nuevo filme de Richard Stanley, “Colour Out of Space”, ni siquiera él desentona. ¡En el buen sentido, eh!. Y eso que el reto era mayúsculo, porque atreverse con un autor de culto como H.P. Lovecraft es para tenerlos bien gordos.
Su obra –un relato corto de ficción de mismo título y escrito en 1927- gira entorno a la llegada a la Tierra mediante un meteorito de un ente cósmico que poco a poco irá sacando de quicio a toda una familia que vivía tranquilamente en medio de un remoto bosque a las afueras de Arkham. Esta entidad irá de un modo sostenido y a través de una niebla llena de tonos purpuras y colores psicodélicos, cambiando la vida orgánica de todo el entorno. Ni los insectos, ni los hongos de las plantas se escapan.
Una visión opiácea del cine fantástico de los ochenta
Lo que podría haber sido otra adaptación de Serie B, se ha convertido desde ya en una visión opiácea para el público en general donde se logra captar muy bien la esencia del cine fantástico de los ochenta. Una adaptación donde he creído estar por momentos (muchos) ante John Carpenter sacando lustre a una de mis pelis favoritas de siempre: “La Cosa” (The Thing, 1982). Chapó.
Una de las ‘fantasías posibles’ que nos ofreció también Sitges Festival 2019, es la de cruzarnos e incluso tener la oportunidad de intercambiar unas palabras con algunos de sus artífices. Si justo antes de ver en la sala El Retiro “Colour Out of Space” pudimos saludar al director, lo mismo pudimos hacer –esta vez a pie de calle mientras iba a cenar- con Veronika Franz co-directora junto al también austriaco Severin Fiala, de “The Lodge”.
Thriller de misterio turbador
“The Lodge” es un thriller de misterio turbador y donde te vas quedando helado. Muy poco a poco –si aparcamos a un lado el giro inesperado del principio, mucho más acertado que la resolución final- literalmente, y sobre todo en la segunda mitad de la trama por aquello de quedarnos cortos con la calefacción en la cabaña. Todo esto en un paisaje denso, asfixiante pero de hermosura cortante. Sin prisa, pero sin pausa, y disfrutando además de una fotografía brutal nos iremos sumergiendo en una cruel historia familiar llena de rincones secretos y oscuros. En el repertorio se suma además una inquietante hilo, el de una secta donde todos sus seguidores acabaron ‘suicidándose’ y un recurso no menos habitual: casa en miniatura y muñecos muy ‘familiares’. Para bien, o para mal, imposible no acordarse de la reciente “Hereditary”.
El Faro, Little Monsters o Why Don’t You Just Die
Mención de honor para otros trabajos que me tuvieron como un chicle pegado en el sillón de la sala, y con las antenitas bien puestas. “El Faro” (Robert Eggers) terror psicológico asalvajado soberanamente interpretado por Willem Dafoe y Robert Pattinson, y de una fuerza costumbrista asombrosa; “Guns Akimbo”, “Little Monsters”, “Greener Grass”, “Judy & Punch”, “Why Don’t You Just Die” donde con tremendas dosis de humor, y sin escatimar en cachiporrazos, farsas, juicios, fábulas o vísceras -según la peli- nos comimos las palomitas a la velocidad de A-Train (“The Boys”); o el documental “Memory: The Origins of Alien”, que es toda una balsa de curiosidades para los que soñamos con xenomorfos. Por otro lado, tenía las expectativas muy altas con el regreso de Rob Zombie “3 From Hell” –pero nada nuevo en el infierno- y la nueva huella visual alrededor de la figura de Charles Manson “Charlie Says” dirigida por Mary Harron. La cual, a pesar de la buena interpretación de Matt Smith (“Doctor Who”), me resultó de lo más soporífera.
(Sobre)vivimos, y no solo alimentados por películas
Sería un desagradecido si me olvidase de las otras ‘realidades’, las otras actividades que rodean un encuentro 360º como Sitges Festival 2019. Los organizadores apostaron un año más por secciones especiales como la dedicada de pleno a la realidad virtual (VR). Contenidos inmersivos XR y experiencias exclusivas en este formato que nos aterrizaron desde todo el mundo. De este universo paralelo al que se accede acoplándote unas gafas destacaría “Mechanical Souls” de la directora Gaëlle Mourre, y la japonesa “Ghost Reality” de Hajime Ohata.
Los ‘cortos’ son otro de los formatos que goza de muy buena aceptación en Sitges. Este año en Sitges Festival 2019 pudimos ver presentaciones internacionales como “The Cleansing Hour” (Damien LeVeck) o “The Slows”, primer trabajo como directora de la afamada guionista Nicole Perlman. Mucha presencia por su parte en el espacio Brigadoon donde se celebraron el Noves Visions Petit Format, y donde el joven catalán Marc Martínez Jordán se llevó una vez más el Premio Brigadoon Paul Naschy por “Tu último día en la Tierra”.
Siempre interesantes exposiciones
Por supuesto el Market del Paseo Marítimo que es una perdición para los más fetichistas del género, y como no, las siempre interesantes exposiciones. Este año se llevó la palma la titulada “Mad Max World – An Apocalyptic Comic Tribute”. Coordinada por el cineasta, escritor y experto en comic Borja Crespo, la cual reunió ilustraciones a gran tamaño realizadas por dibujantes de cómics, ilustradores, diseñadores y cineastas.
Todos ellos rindiendo homenaje a uno de los principales temas del Festival de Sitges, la saga MAD MAX. Recordemos que, con la excusa mínima de la efeméride del 40 aniversario del loco Max y esos salvajes del motor que no paraban de dar bandazos desde que se iniciase la saga allá por 1979, la imagen elegida para este año 2019 fue la de esta película australiana post-apocalíptica. Inspiró el cartel, así como el libro oficial, etc. Sitges, además de ser un ejemplo de ciudad ‘oberta’, sigue teniendo un festival fantástico que da para mucho.
Texto: Bruno Garca
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