La nueva «Venus», de Jaume Balagueró, entiende más de dolor que de amor. En esta película producida por Álex de la Iglesia, Ester Expósito, hasta la fecha conocida como “la marquesita de la serie Élite”, encarna a una bailarina gogó de una discoteca de la periferia madrileña que decide largarse con un alijo importante de pastillas de éxtasis, propiedad de la banda mafiosa que regenta el local, para empezar una nueva vida en cualquier otra parte.
Nada saldrá como previsto, y acabará encontrando refugio en el edificio que da título al filme, que será el principio de una pesadilla en el que el deseado cuerpo de la actriz sufrirá todas las mortificaciones posibles. Sangre, violencia, brujería y horror cósmico se dan cita en la nueva película de Jaume Balagueró, cocreador junto a Paco Plaza, de la exitosa saga «[Rec]». Tras ser aclamada en el Festival de Cine Fantástico de Sitges 2022, llega a los mejores cines de toda España. En OCIMAG tuvimos la oportunidad de entrevistar a Jaume Balagueró en la reciente edición del aclamado festival de cine.
Jaume Balagueró, un vástago del Festival de Cine Fantástico de Sitges
En Sitges ganaste el premio al Mejor Corto con «Alicia» (1994), tu primera película. ¿Cuántas veces has fichado ya en Sitges? ¿Crees que podrías existir como cineasta sin el festival?
He estado nueve veces en Sitges presentando película, e innumerables veces como espectador. Y no sé si podría haber desarrollado mi carrera de esta manera sin el apoyo del festival. Difícilmente. Posiblemente sí, pero todo lo que has vivido es lo que te hace. Y en lo que se refiere al cine, no cabe duda de que el festival de Sitges has sido uno de mis grandes impulsos.
¿Cómo te explicas que el mayor festival de cine fantástico del mundo esté en un pueblo de Catalunya? ¿No es un poco extraño, si lo piensas, o para ti tiene una explicación lógica?
Bueno, no es extraño, tampoco tiene una explicación lógica. Pero puedo decirte que los festivales de cine fantástico más importantes del mundo siempre están en lugares absolutamente insospechados, como por ejemplo el Fantastic Fest de Austin, en Texas, o el de Gérardmer, en un pueblecito de la cordillera de los Vosges, en el norte de Francia.
Al final no son los lugares, son las personas, y las personas están en todas partes. Las personas que tienen la fuerza, la creatividad y la pasión no importa dónde estén, importa que sientan esa pasión.
«Venus», una producción de Álex de la Iglesia
Después de «Veneciafrenia», dirigida por el propio Álex de la Iglesia, «Venus» es la segunda película de The Fear Collection, que producen De la Iglesia y Carolina Bang, a través de Pokeepsie Films, ¿cómo ha sido tenerle de productor?
Muy bien. Me dejó toda la libertad del mundo, en parte porque estaba enfrascado con la segunda temporada de 30 monedas. Pero todo le parecía bien, el casting, todo. Le dije que habría algo de terror cósmico, y le encantó. Simplemente me propuso hacer una película de terror.
¿Qué representa Álex de la Iglesia para tu generación?
Fue el detonante de todo, porque fue una generación que estaba atemorizada. Éramos la generación del VHS. Crecimos viendo de todo. Bergman, Kieslowski, y también giallo, zombis. Y queríamos hacer aquello que habíamos visto. No nos atrevíamos, porque pensábamos que no se podía hacer en España. Pero cuando vimos a ese tipo de Bilbao que hizo «El día de la bestia», una película de género, sin ningún tipo de vergüenza. Nos abrió la puerta. Gracias a él pasó todo lo que pasó después.
Venus mezcla fantaterror y costumbrismo cañí, que también es algo muy De la Iglesia, si pensamos por ejemplo en La Comunidad, ¿no crees?
Sí, totalmente. Siento su cine como algo muy próximo. Y eso ya estaba en «[Rec]». La gente se reía mucho cuando entrevistaban a los vecinos, como si fuera un edificio real de Cuenca, por ejemplo. Ocurría lo mismo en «Mientras duermes», que tenía a la vecina con los perros, el rollo cañí que dices
Me gusta trabajar un humor más bien orgánico, inherente al universo cañí que refleja la película. Esa bruja a la que recurren los malos… Es esa España profunda que todos conocemos, y que hace gracia de por sí. La idea era mezclar lo sobrenatural con algo muy de barrio, muy próxima, muy realista. Me gustaba mucho cómo estos dos mundos se impregnaban el uno al otro.
Jaume Balagueró: «El cine tiene que estimular»
¿Crees que el humor y el terror son extremos que se tocan? Las reacciones del público pueden ser parecidas, sobre todo en un contexto como el de Sitges.
No necesariamente. Yo también he hecho películas como «Musa» en las que no cabe el humor. Per sí que puede ser que sean mundos fronterizos, porque efectivamente, si miras al público, este celebra el terror más extremo riendo y aplaudiendo. Hay algo interesante ahí. La clave es la celebración, que nos dan lo que queremos.
Nos satisface que se estimule una emoción de forma intensa, aunque sea el miedo. Cuando estamos pasando mucho miedo en la sala, nos encanta, porque nos sobreestimula. Es casi sexual, de alguna manera. El cine te tiene que estimular.
Visto de fuera, puede resultar inquietante. Una señora o un señor mayor, viendo al público riendo a carcajadas con escenas ultraviolentas, pueden pensar: Estos son unos enfermos, ¿no?
No, hay que entender que es una celebración. Evidentemente si no disfrutas cuando te estimulan según qué emociones, pues igual no es tu terreno, ves a buscar otra cosa.
La deconstrucción y el empoderamiento de Ester Expósito
«Venus» es una historia de empoderamiento. Ester Expósito es una heroína de acción, pero también hay formas demoniacas que son muy femeninas, ¿no es un poco contradictorio?
Ella huye de un poder malvado que emana de los hombres, y eso es casi un cliché a día de hoy. El asesino siempre es un hombre. El empoderamiento viene de ahí. Pero nos gustaba la idea de pervertir esto.
Ella para empezar también tiene sus sombras. Es egoísta, es una villana que se aprovecha de todo y no le importa nada. Pero luego se enfrentará a un enemigo femenino, otras mujeres que también son tremendas. Incluso las presencias sobrenaturales son femeninas. El motor de la película son las mujeres.
Está claro que la elección de Ester Exposito no es inocente. Podría decirse que es un mito sexual, la «Venus»de nuestros días, y el mundo entero sabe, Vía Instagram, que baila genial. Que la película arranque con ella bailando ya es toda una declaración de intenciones en ese sentido, ¿no crees?
Sí, hay una deconstrucción del mito. El hecho de que la película arranque con ella bailando ya es una manera de presentar al mito, bailando, empoderada en una tarima, con cientos de personas mirándola. Y enseguida empezamos a deconstruirla, hasta el punto que su personaje no es tan guay como creíamos, no tiene tanto poder, ni emanara tanta fuerza sexual, ni su cuerpo será respetado, sino todo lo contrario. Ella misma se pervertirá, se autodestruirá y renacerá. Esa era la idea.
¿Cuál fue la semilla de la historia de «Venus»?
No está muy claro. Cuando Álex de la Iglesia me propuso hacer una película de terror, yo no tenía ninguna historia en el cajón. Luego me vinieron imágenes. Las vas sumando, y al final la historia se va formando sola. Lo primero que me vino a la cabeza fue esa imagen de una gogó.
La idea de arrancar con una gogó en una discoteca, y llevarla a una historia de horror cósmico me parecía fascinante. A partir de ahí ya todo empezó a tomar forma. Estaba la idea de alguien que huye y que se esconde en un lugar que va a resultar que es mucho peor que aquello que la persigue. Fusionando todo esto, surge todo esto.
Comunidades de vecinos que dan miedo
Antes hablábamos de «La Comunidad», pero en tus películas, antes de llegar a «Venus», también han habido grandes edificios en tus películas, de «[Rec]» a «Mientras duermes», ¿casualidad?
No lo sé, yo también me lo pregunto. Pero al final son las historias las que te lo piden. Mientras duermes era la historia de un conserje, así que era inevitable. Aunque no era un guion mío, fue una historia que me llegó. Y «[Rec]» la hice con Paco Plaza. Creo que cada historia tiene sus razones. Es verdad que en «Venus» el edificio es casi protagonista.
¿El edificio Dakota, donde se rodó «La semilla del Diablo», fue una inspiración?
Sí, y tanto. No sólo por Polanski, antes ya habían habido casos conocidos de brujería o al menos sospechas de que había alguna actividad satánica. También mataron a John Lennon delante del edificio. Está cargado de simbología, y está claro que ha sido una inspiración, muy consciente, en este caso.
También hay algo de Lovecraft en la película, ¿no?
Sí, en el horror cósmico, y también por su relato «Los sueños de la Casa de la Bruja», porque como ya dice el título transcurre en una casa y los sueños son muy importantes. En la película, los sueños atormentan a la protagonista, y abren fisuras por las que se cuelan otros mundos.
15 años de la película ‘[Rec]’, Jaume Balagueró echa la vista atrás
Ahora se celebran 15 años de «[Rec]», y hasta se ha hecho un documental conmemorativo. ¿Cómo explicas el fenómeno que fue la película en todo el mundo?
¿Cuanto tiempo ha pasado, no?. Ester Expósito me dijo que no vio «[Rec]» cuando salió porque entonces ella tenía siete años. ¡Siete años! El fenómeno es difícil de explicar, ya que fue una película casi experimental, que hicimos a ver qué salía. Y todavía estamos maravillados porque se convirtió en un fenómeno de culto.
Está claro que dio en el clavo explotando un lenguaje que no tenía tantos referentes.
Entonces fue muy importante «El Proyecto de la Bruja de Blair», y había cosas anteriores como «Holocausto caníbal». Pero nosotros no queríamos hacer foundfootage, en plan son unas cintas que nos hemos encontrado, sino algo más como «Ocurrió cerca de su casa». A Paco y a mí lo que más nos fascinaba era el poder de la telerrealidad.
«Callejeros», programas que te explicaban cosas reales que se grababan en directo. Queríamos que fuese algo vivido en el momento. Tu ojo es la cámara que está grabando en ese momento. Eres partícipe en tiempos real, sin músicas que te van avisando de lo que va a pasar. Estabas perdido, y eso era maravilloso.
Con «Way Down», el año pasado hiciste una película de atracos que fue bastante bien. ¿Has tenido más tentaciones de salir del terror? De hecho, ya lo hiciste con «O.T., la película», que está relacionada con lo que decíamos de la telerrealidad.
Lo importante es que sea una historia que tenga ganas de explicar, otra cosa sería ver cómo se me daría. Me encantaría intentar cualquier cosa. En cuanto a «O.T.», también fue algo muy apasionante, porque era un fenómeno televisivo que estaba afectando a todo el país. Era inaudito. Y además eran unos chavales que cuatro semanas atrás cantaban solos en las duchas de sus casas, y cuatro semanas después los conocía todo el mundo. Era algo que teníamos que documentar.
Entrevista: Philipp Engel
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