Santiago de Compostela gozó de nuevo de un gran concierto internacional de la mano de SON Estrella Galicia. El proyecto cervecero inundó la capital gallega de música y experiencias para recibir a Interpol como se merece, una de las grandes bandas de indie-rock de las últimas décadas.

13 años habían pasado ya desde que Interpol conquistó la Sala Capitol de Santiago de Compostela, y sin duda la espera mereció la pena para todos los fanáticos del grupo estadounidense, que respondieron al cariño del grupo con uno de los mejores ambientes vividos en la sala durante los últimos tiempos.

Experiencia gastronómica y musical de la mano de SON Estrella Galicia

La tarde comenzaba a eso de las 19:30 h. con una experiencia gastronómica organizada por SON Estrella Galicia, en la que se pudieron degustar platos como las “croquetas de manzana” o el “bao de pollo” maridados por supuesto con las mejores cervezas de Estrella Galicia. Una experiencia íntima, cálida y perfectamente acompañada de la música en directo de Valdivia, grupo madrileño que realizó un show secreto durante la experiencia, y que arrancó muchos elogios entre los pocos privilegiados.

Una cita muy especial con la combinación perfecta de música, gastronomía y la mejor cerveza, y desde luego que las caras de satisfacción de los asistentes a la salida deja patente lo bien cuidadas que están estas experiencias de SON Estrella Galicia para el público.

Interpol y su día grande en la Sala Capitol

La noche estaba predispuesta para ser perfecta, y así fue. A pesar de ser un miércoles laborable, el público gallego se quitó de encima el tópico de “ser fríos y distantes” de un soplido. Bastaba con ver el ambiente 40 minutos antes de la hora programada para la salida de Interpol, no cabía un alma más en la Sala Capitol. No era para menos, el cariño y amor del público gallego llevaba más de una década esperando este momento.

Ya dentro de la sala el ambiente era el de un día grande. Pocas veces se pudo ver una Sala Capitol tan cálida, y es que no es para menos, ya que el cartel de “no hay entradas” llevaba colgado casi desde que se anunció el bolo. La peculiaridad de la sala, distribuida en dos niveles, segmentó a la perfección los dos tipos de público que acudieron al concierto: en la pista los que venían a darlo todo, bailar y desquitarse de una década sin poder vivir a su banda favorita en directo, y en la grada superior los que preferían algo más íntimo y calmado, como quienes se tomaban esto como el abrazo de un amigo al que no veías desde hace tiempo. Pese a todo, la comunión fue perfecta y ambos grupos se entrelazaron con la banda al ritmo de sus canciones.

La sobriedad y perfección, las claves del éxito

La actuación de Interpol puede catalogarse de muchas formas diferentes, pero la única realidad es que no hicieron falta estridencias para disfrutar de un gran concierto. La auténtica protagonista de la noche fue la música, pues nada deslumbró más que las letras y acordes de los mejores temas del grupo estadounidense. Todo estaba perfectamente cuidado para que así fuera, desde la luz tenue hasta la combinación de atuendos negros solo rota por la camisa blanca de Sam Fogarino, batería de la banda, pasando por una coreografía estática sobre el escenario.

Interpol

No falló nada, el camino recorrido por las guitarras fue evocador y sólo perdían el foco en el momento en que su carismático líder, Paul Banks, abría la boca para deleitar a los presentes con los himnos de toda una generación. Fue un espectáculo sin frenos ni apenas pausas, excepto tres o cuatro intervenciones de Paul en los que se dirigió de una manera muy atenta y en perfecto castellano al público para destacar su “buena energía” o para consultar si en las primeras filas necesitaban “algo más de seguridad”.

Un setlist soñado

Con todo ello, el setlist sorprendió a los asistentes, ya que canciones como “Evil” o “C’mere” salieron a escena entre las primeras cuatro del bolo. La intención era clara, demostrar que Interpol venía a deleitar al público gallego desde el minuto uno. Fue un acierto, ya que tras un arranque rompedor construyeron un agradable paseo por su discografía.

Cabe destacar momentos concretos como la comunión grupal en “Rest My Chemistry” o el delirio colectivo durante “Lights”, acompañado de un final apoteósico previo a los bises con “Slow Hands”. Tras la vuelta a los escenarios, cerraron la noche con un final trepidante a cargo de “Not Even Jail”, donde la música se fue diluyendo entre los aplausos emocionados de los asistentes.

Interpol

En definitiva, Interpol llegó a Santiago de Compostela dispuesto a hacer protagonista a su música, y así fue. La elegancia del grupo neoyorkino recordó que, en este loco panorama musical en el que destacan las estridencias y espectáculos, a veces no hacer mucho puede hacerlo todo.  SON Estrella Galicia ya nos tiene acostumbrados a grandes conciertos, pero este, será de los recordados durante mucho tiempo, ya que pocas veces se tiene la oportunidad de disfrutar de algo así.

Interpol

Interpol

estrellagalicia.es/son

Texto: Rodrigo Míguez Novoa
Fotografía: SON Estrella Galicia

 

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