Desde hace cinco años el Laboratorio de Electrónica Visual ha encontrado acomodo en Madrid. Tras su evento principal celebrado en Gijón en primavera, LEV Matadero, su sucursal madrileña, es un encuentro ineludible para todos los amantes de la música vanguardista para dar la bienvenida al otoño. Las instalaciones de El Matadero como centro neurálgico son ideales para explorar sonidos, visiones y realidades a través de conciertos, performances y exposiciones.
Este año la organización ha hecho un gran esfuerzo por redoblar su programa de actuaciones en una controvertida decisión salomónica que se tradujo en la forzada elección del público para acudir a un espacio u otro.
Sin una amplitud de horarios para ubicar los directos en una sola zona, había que escoger entre la Central de Diseño y la Casa del Lector. Solape comprensible que, aun así, generó cierto FOMO, especialmente el viernes.
LEV Matadero: folclore, opresión y baile
La primera jornada de directos en LEV Matadero se desarrolló íntegramente en la Central de Diseño que presentaba un sonido tan envolvente como penetrante para recibir las propuestas de Rocío Guzmán, Katarina Gryvul y NSDOS. Todos muy diferentes entre sí. Una agradecida variedad.
El concepto de folclore regado de máquinas propuesto por Rocío Guzmán nadaba entre el desconcierto y la fascinación en un show que pasaba de quejíos minimalistas a coplas embriagadas de drones para finalizar con música de club acompañada de gorgoritos.
Las propuestas valientes suelen generar división de opiniones y fue una actuación para no dejar indiferente. El arte, más que comprensión, es sentimiento y en ese punto Guzmán no se guardó nada en una experiencia que, desde luego, fue sonada, como el nombre del álbum que presentaba junto a un Manu Prieto expeditivo en los sintetizadores.
La guerra produce miedo, angustia, desesperanza y dolor. Emociones desde lo más oscuro del alma como inicio del viaje personal del que Katarina Gryvul nos hizo partícipes con un LIVE A/V especial junto a Alex Guevara que aportaba visuales de partículas distorsionadas muy logrados.
Sonidos rugosos y texturas incómodas con una puesta en escena tétrica que poco a poco se encaminaba a la luz; empezando por la capacidad vocal de la ucraniana y acabando por la pericia del peruano en el tratamiento de las imágenes. El ambient opresivo daba paso a tímidas melodías para concluir con cierta épica produciendo la catarsis colectiva. Removió y triunfó.
Entre tanta solemnidad NSDOS aportó la diversión de la jornada. Con un imaginativo set-up construido por él mismo, el francés ofreció un directo híbrido que combina danza, música y lo visual. Un arranque calmado mientras disponía diferentes sensores sobre el escenario y en la pista para transferir el movimiento en sonido. Sus bailes fueron su treta para que, acto seguido, incitara a toda la sala a una bacanal de techno tan vigoroso como efectivo. Nadie de la tribu se resistió ante eso.
Festín de frecuencias, reflexión sobre la naturaleza y aquelarre ravero
Tras pasar un buen rato admirando la performance Shrink 01995 del belga Lawrence Malstaf, que nos hace ponderar la capacidad de adaptación del ser humano y como vivimos en una sociedad que nos envasa al vacío como simples productos, acudimos rápidamente a la Casa del Lector para disfrutar del directo del veterano Oval.
Ni un pero a la creatividad, más que contrastada, de un Markus Popp muy inspirado y hasta emocionado viendo como el público recibía una electrónica inquieta y equilibrada entre el baile y la contemplación.
Unos primeros compases bien estructurados en un lugar al que volví una hora después para contemplar unos minutos finales del show de Riccardo Giovinetto. Una tormenta de bombos y glitches con unos visuales impactantes en su oda a la feminidad.
Una pantalla partida con dos figuras circulares en cada una simulando dos óvulos que evolucionaban a través de formas geométricas compuestas por IA hasta descubrirse como cuadros renacentistas con la mujer como centro de todo. Ovación cerrada.
Por su parte, lo que hizo la dupla CoH y Abul Morgen en la Central de Diseño fue un estudio de la resistencia humana gracias a un continúo juego de frecuencias a través de capas y sonidos atmosféricos. Su alambicado ambient parecía buscar un impacto fisiológico. La propuesta fue tan inmersiva, con un notable refuerzo del sonido envolvente en este espacio, como densa e intransigente. Tan solo un azul cian como único estímulo visual convirtiendo al directo algo solo apto para los más fervientes amantes de lo abstracto.
Joakim ha dejado de lado su visión más hedonista y nos invita a reflexionar sobre nuestra relación con la naturaleza. La Central de Diseño convertida en una sala de cine. El parisino situado en el centro del espacio como si fuera el proyeccionista.
Con un laptop y un rack modular con el que lanzaba arpegios y texturas con maestría mientras los allí presentes, sentados en suelo, degustando uno de los espectáculos más bellos de esta edición. Cinema Paradiso.
Entonces, Konx-Om-pax armó la conga. Este artista visual multidisciplinar consideró replantear su idea de entregar un LIVE puramente ambient dirigiéndolo a terrenos más pisteros con, obviamente, hechuras UK. El resultado fue la transformación del espacio en un warehouse sudoroso a base de breaks y house maduro y vanguardista acompañado por unas visuales llenas de color. Una decisión con la que ganamos todos. Se creó una efusividad vinculante y mágica entre público y artista en una gran lectura de la situación por parte del escocés. Para darle un abrazo e invitarle a unas chelas.
El colofón de la jornada llegó con una desatada Beatrix Weapons junto al artista visual Ruído.Frio. La deconstrucción del hard-dance que hace la murciana es un aquelarre ravero donde ella es la primera en regocijarse. Y eso, claro, se transmite al instante. Energía e intensidad dando zascandil sintético entre voces pitcheadas, melodías tranceras y un alma gabber que golpeó duro y en el pecho. Patrocinadora oficial de las agujetas en las piernas del que suscribe.
Diálogos luminosos, IDM sobrecogedor y actitud punk en LEV Matadero
La última jornada musical no decepcionó. La primera sorpresa, y puede que revelación del festival, fue Verbose presentando su proyecto «Cýra» en la Central de Diseño. Desde un púlpito con un equipamiento a base de hardware y rodeado de una instalación lumínica, el artista español entregó un directo plagado de innovación y crudeza donde las luces entraban en diálogo con el sonido crudo que manipulaba con destreza.
Tras el embelesamiento llegó el sobrecogimiento de la mano de Corin presentando su disco «Lux Aeterna» en viaje sensorial a todas luces. Fue la que mejor rendimiento le sacó al sonido de la Central de Diseño, su directo se apoyaba en unas visuales para introducirte en su propio mundo de ciencia ficción y su música era un IDM conmovedor que jugaba con el grime y hasta barrocas melodías trance dejando al personal con la boca abierta. Medalla de oro.
La recta final tenía que ser a base de baile. Primero con el ecléctico y más que correcto LIVE de una animada Halina Rice apoyada en unos visuales que daban empaque a su discurso. Moviéndose en arenas de música de club, con cierta predilección por un techno melódico con reminiscencias de Moderat e influencias de Border Community, daba cierta sensación de sonidos familiares para los que ya tenemos un kilometraje alto en esto. Y ni tan mal.
El cierre llegó con el descontrol absoluto de una salvaje LustSickPuppy. Puesta en escena sencilla: laptop para lanzar bases y un micro para demostrar que su capacidad pulmonar está en perfectas condiciones. El resto fue pura actitud punk en un cóctel hardcore lleno de elementos gabber, drum & bass y sazonados con rapeos energéticos. Mucha interacción con el público en cuarenta minutos para no parar de botar. La violencia sonora no está reñida con maquillajes y vestimentas de fantasía.
Nuevas realidades de inmersión e interacción digital
LEV Matadero es mucho más que música experimental. En un recorrido por El Matadero se podían disfrutar de diferentes instalaciones como Visual Sound Birds del australiano Andy Thomas. Situado en la Cineteca era un espacio para relajarse con el canto de pájaros mientras en una imponente pantalla se generaban diferentes formas gráficas en base a esos sonidos naturales.
Del mismo modo, su compatriota Lauren Moffatt, nos invitaba a un jardín virtual escaneando un código QR situado en la placita del Matadero. A través de nuestro dispositivo móvil podíamos ver una original vegetación digital en 3D.
El móvil era un elemento importante pero no imprescindible dentro del Centro de Experiencias Inmersivas MAD. Madrid Artes Digitales, lugar que acogió ID0. Este proyecto del colectivo taiwanés NAXS Corp deconstruye cine y videojuegos a través de tres historias de futuros distópicos en el que hasta cincuenta personas podían crear un avatar desde su teléfono y que se moviera e interaccionara entre las cuatro paredes y suelo que formaban la pantalla de una instalación en la que no podías dejar de deleitarte. La puerta de entrada a otros mundos.
La realidad virtual ya está aquí y para comprobarlo solo había que recorrer las propuestas de Vortex en la Nave 0. Una de ellas era Nine Dragons de Yang Yongliang. Un viaje de 10 minutos a lomos de un dragón chino en tierra, mar y aire en busca de una perla más junto a otros ochos dragones más. La sensación de vuelo estaba muy conseguida.
LEV Matadero clausura una quinta edición en la que de nuevo se muestra que la vanguardia es algo capital para una ciudad como Madrid. ¡Esperamos la siguiente con ganas!
Texto: Sergio Bifeis
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