Con un gesto parecido a El Pensador de Rodin, rollo ‘yo y mi circunstancia’, uno se mete a reflexionar si ha podido quizás asistir a la edición de Sitges Film Festival 2024. Muchas situaciones no paran de sucederse. Existe una fuerza mayor e incontrolable que nos hace regresar siempre.
Y es que, año tras año, el Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya continúa siendo un imán infalible para los entusiastas del género. Camaradas posesos. Por algo es es el primer festival de cine fantástico del mundo. El nervio y presión que supone reservar películas, que luego organizarse para sobrevivir al mayor número de proyecciones posibles, queda en una satisfacción del tamaño de un planeta tras el carpetazo de cada edición.
Entre la programación de esta 57ª edición, donde la demoledora cinta austriaca de folk-horror ‘El baño del diablo’ ha sido la gran triunfadora, muchas y repartidas han sido las sensaciones causadas por un nuevo envite marcado por la inventiva y calidad de un género tan espacioso como es el cine de terror, suspense y ciencia ficción.
La gran ganadora de Sitges Film Festival 2024: ‘El baño del diablo (The Devil’s Bath)’
Se olía desde hace tiempo. Los cineastas Veronika Franz y Severin Fiala acabarían, tarde o temprano -y tras las sonadas “Buenas noches, mamá” y “The Lodge”- llevándose la mayor recompensa posible en el festival. Fue la indiscutible protagonista del tramo final, culminando dichas sensaciones con hasta tres de los reconocimientos más importantes. Entre ellos, el de Mejor Película de la sección oficial.
Merecidos. Se trata de un preciso y potente ‘baño’ de cine de terror de época cocinado a fuego lento. Basado en hechos reales, tanto que tributa a no menos de 400 víctimas. Un thriller costumbrista y psicológico castigador y evocador a partes iguales. Y que, además de tratar de un modo fascinante la soledad, la presión o la culpabilidad, culmina su relato tratando un concepto tan sugerente como el ‘suicidio indirecto’.
Un filme desgarrador donde incluso se retrata la depresión crónica que parecieron muchas personas, especialmente mujeres, desarrollado en la Austria del Siglo XVIII. La peli abre debates, resultando a su vez hermosa y perturbadora.
Dos intensidades muy distintas: “La sustancia (The Substance)” y “Nunca te sueltes (Never Let Go)”
No tenía muy claro qué registro, y sobre todo el nivel de interpretación que me iba a encontrar de Halle Berry en “Nunca te sueltes (Never Let Go)” del realizador parisino Alexandre Aja. Y sinceramente, quedé convencido.
Esta especie de cuento sobrenatural centrado en el corazón de un bosque comprometido, y en la lucha constante de una madre y sus dos críos contra una maldición de la que parece imposible deshacerse, es una experiencia intensa e incluso claustrofóbica. Un drama familiar que brinda su espacio a una naturaleza llena de duros contrastes. Así como algunos de los patrones fruto de la esquizofrenia. Asusta al hacernos pensar.
“La sustancia (The Substance)” fue sin duda uno de los bombazos de la pasada edición que, merecidamente, está gozando de una enorme repercusión en el circuito de cine actual. Tiene gancho. El rumor que corría como la pólvora entre la camaradería de los enfermos por el cine que nos cruzamos un día sí, otro también, era siempre optimista.
Todos, incluido un servidor, quedamos entusiasmados con el cara a cara, cuerpo a cuerpo de Demi Moore y Margaret Qualley. Dos generaciones de actrices plasmando unos registros espectaculares en una no menos provocativa y atractiva película de body horror (terror biológico y corporal).
Ansiedad, enfermiza autoestima, perversión, comicidad, caos y náuseas campan a sus anchas en una propuesta difícil de superar. Un delirio en constante progresión donde a través de escenas muy gráficas, nos regalan una experiencia cinematográfica memorable a la vez que un provocativo toque de atención para los obsesionados con la edad y la belleza.
Una gratísima sorpresa: “Exhuma”
No pude entrar con mejor pie al festival. “Exhuma”, del director y guionista Jang Jae-hyun fue toda una revelación, y como igual ya te imaginaste, la primera peli que me zampé. Rituales chamánicos, maldiciones ancestrales, malos presagios, historias familiares que ocultan sus sombras, investigaciones, exhumaciones, desmembramientos, espectros de fuego, seres gigantescos y diabólicos… de todo un poco hay en esta completísima y más que recomendable propuesta.
Una trama muy bien hilada, cocida a fuego lento, en la que poco a poco se van descubriendo los oscuros interrogantes. La fotografía, escenografía e interpretaciones, a la altura de la película. El propio director -presente en el estreno- nos avisaba de lo personal y quizás confusa que podría resultar para el público occidental por los aspectos culturales y espiritualistas coreanos. Ese ADN asiático de mitos y actos no me resultó en absoluto un obstáculo. Más bien un punto extra de interés. Luego, escenas tan curradas como el primer ritual-danza, una barbaridad.
Escapadas, humor y sangre, mucha sangre: “MadS”, “Terrifier 3”, “Spirit in the Blood” y “Get Away”
Sería imposible un Sitges Film Festival sin sus buenas dosis de sangre y humor. Dentro de este temario destacó este año ese enorme delirio y personaje ya icónico ideado por Damien Leone que es Art the Clown de “Terrifier”. En su tercera entrega -ya en cines- se encarga de vapulear cualquier ilusión y atisbo de paz, convirtiendo la Navidad en la nueva pesadilla de todos.
Uno sabe perfectamente a lo que va cuando te enfrentas a un planteamiento como es “Terrifier 3”. De todo, menos algo bonito, le va a suceder a sus personajes. Es cierto que el gore puede causar malestar para mucha gente, la mayoría. Pero también se trata de uno de los géneros con mayor sorna que uno se puede encontrar. En esta ocasión, te ríes y tomas a chorra cada una de las matanzas. Escenas donde se va notando la inyección de parné, y es interesante ver como se rebanan la sesera para hacerlas más bizarras o creativas. No es la más especial o culta de la saga, pero si es divertida.
Por su parte “MadS” y “Spirit in the Blood” nos propusieron fórmulas que, aunque poco tenían que ver la una con la otra, reflejan el deseo de tratar y ganar adeptos en las nuevas generaciones. Adolescentes que afrontan infidelidades, descubren la violencia, desvarían por drogas o sencillamente se enfrentan a su propia condición y miedos. La primera, obra de David Moreau, me sedujo más en su lenguaje visual que en la trama en sí, un tanto manida y dispersa. Esa especie de Plano Secuencia no se hace en absoluto pesado. Hora y media de viaje con caras nuevas donde no faltan los infectados, el frenesí, las atmósferas claustrofóbicas y la alarma social.
“Spirit in the Blood” es el estreno con metraje largo y en la dirección de Carly May Borgstrom. Con un planteamiento mucho más descafeinado que la anterior se adentra en un recién formado grupo de amigas residentes en uno de esos pueblos yanqui-montañosos donde si llevas mono vaquero y una pick-up, mejor tenerte lejos. Centrada mucho más en los entresijos de la edad y el poder de resistir y luchar juntas, a pesar de las diferencias, que en el puro terror. El mal en esta ocasión se esconde en una metáfora que queda bien clara al final… aunque ya la olieses en el primer tramo de la cinta.
“Get Away”, con el gran Nick Frost al frente -por lo que prepárate para unas buenas dosis de humor negro- nos lleva hasta la cara más inhóspita de Suecia (aunque se filmó en Finlandia). A una isla habitada por un puñado de lugareños muy cabezones con sus tradiciones… y una especie de perturbado, más bien asesino en serie. Su minutaje se pasa volando gracias a una familia y personajes muy singulares, las risas y salvajadas, que por supuesto algún que otro inesperado giro de guión.
Impronta nacional: “Escape”, “El llanto” y “Apocalipsis Z: el principio del fin”
La propuesta nacional en Sitges Film Festival 2024, quedó muy bien representada por esos tres títulos. Demostrando una vez más que cineastas como Nacho Villalongo, Álex de la Iglesia o Jaume Balagueró han sentado cátedra con trabajos excepcionales. Esta vez, en la terna triunfal de directores Rodrigo Cortés, Pedro Martín-Calero y Carles Torrens.
Muy distinta la temática de cada una de estas tres obras. Si bien la demencia y un mundo al revés se daban la mano en “Escape” (con unos notabilísimos Mario Casas, Guillermo Toledo, Albert Pla y José Sacristán), en “El llanto” la pulsión es cosa de lo sobrenatural, un mal que no entiende de espacios y tiempos, y que se ha propuesto aterrorizar, incluso conectar, a tres mujeres. Una metáfora de nuestros tiempos que no todo el mundo aceptará por igual.
Finalmente “Apocalipsis Z: el principio del fin”, adaptación cinematográfica de la primera parte de la trilogía literaria del escritor Manel Loureiro. Entretenido producto donde el fenómeno zombi patrio cobra una nueva realidad tras las recientes “Malnazidos” o “La hora fría”. Nos enfrentamos a un virus contagioso en pleno auge. Sin freno podría decirse, como los infectados, a la altura de los correcaminos de aquella maravilla de Juan Carlos Fresnadillo que es “28 semanas después”
Estamos en Galicia, y da la sensación que podría suceder como sucedió por ejemplo con la Covid. Un plus ver como su traumatizado personaje principal (Francisco Ortiz) debe recobrar su fortaleza tanto mental, de ingenio, como garra física para sobrevivir a un estallido brutal de agresividad.
Adrenalina, depravación e imaginación en Sitges Film Festival: “V/H/S/BEYOND”, “Dick Dynamite: 1944”
Muy brevemente. Cuando ir al cine es sinónimo de desahogo moral y nos sacudimos gustosamente esas malas pulgas que son los prejuicios. Tanto “V/H/S/BEYOND” como “Dick Dynamite: 1944” son propuestas enardecidas que aseguran el mero disfrute de los amantes del género.
Cómo mola que se nos derrita el cerebro, sin más. En estas dos se flirtea con la versión más cafre de la ciencia-ficción, lo impredecible, el terror basura, la violencia gratuita e incluso la entredicha ciencia de los zombificados, esta vez abanderada por la saña e imaginería nazi. No sé vosotros, pero yo aún sigo con los ojos en blanco.
Desde ya, esperamos con ansias terroríficas una nueva edición de Sitges Film Festival, el referente mundial en cinte fantástico y de terror.
Texto: Bruno Garca.
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