El legado de Fernando Lagreca en su nuevo álbum de estudio «TIME»: un viaje sonoro encomiable

Fernando Lagreca llega con una de las sorpresas musicales de este suspiro final del 2024. El uruguayo residente en Barcelona ha publicado (casi) por sorpresa su nuevo álbum de estudio: “TIME” (Beautiful Accident). Una vez más, Lagreca, ha sido capaz de domar las máquinas y los estilos con los que tan bien ha surfeado en estos últimos tiempos, para marcarse un señor viaje. Un repaso firme que nos transporta de los 90 a la década de 2010.

Fernando Lagreca presenta un disco sólido y versátil

Lejos de limitarse a un solo género, Lagreca fusiona con fluidez arpegios inspirados en el sonido británico con sutiles riffs de guitarra pop procesadas, atmósferas voladoras, todo ello sobre bases rítmicas entre lo roto y el paso seguro del techno. Dos buenas muestras, puros ejemplos de todo esto, son ‘Constellation’ y ‘Bending Game’. Y por qué no, ‘Real’, donde perduran esas formas, pero dentro de un alegato más electro.

El acabado final es un intrincado tapiz de melodías que se deslizan con naturalidad hacia variaciones rítmicas impulsadas por mucho músculo y BPM. En ocasiones -’Get Over You’, ‘Save the Beat’- nos seduce incluso con vocales femeninos que muy fácilmente nos podrían recordar a Kylie Minogue o Robyn ‘Shapeforms’, por otro lado, un señor tema donde el pop y la resaca de una buena rave se unen y hacen muy buena compañía.

Enfoque innovador

De muchos es conocida la pasión de Fernando Lagreca por la cacharrería. Su estudio es el deseo de muchos. Y muchas. El estar al día en cuanto a máquinas aporta a su sonido un plus contemporáneo e innovador, aún basándose en tiempos pasados. Su habilidad para integrar todo, y encima mantener una narrativa cohesiva, es encomiable.

‘TIME’ es, por lo tanto, un trabajo refinado que equilibra influencias clásicas como Underworld, The Chemical Brothers, FSOL y The Orb con su estilo único, consolidándose como un referente dentro del universo electrónico actual. Una pista de patinaje neuronal donde el buen doctor refresca la coctelera con un tira y afloja tan admirable como distintivo.