Vaya con la ópera prima (al menos como largometraje) del bilbaíno Galder Gaztelu-Urrutia. El director nos ha sorprendido con el film «El Hoyo» demostrando ingenio y personalidad en este inquietante thriller de ciencia ficción localizado en un futuro no muy lejano, donde a través de un banquete filosófico sobre la Supervivencia –sí, con la “S” en mayúscula- nos trepana el cerebro y nuestra susceptibilidad demostrándonos lo agrietada que esta la actual sociedad. El lado humano, o sea, el lado bueno, agoniza. No se cansa de tomar su lugar el egoísmo más puro y duro.
Un thriller social bastante cafre con guiños clásicos
Dicho mensaje lo encontraremos en “El Hoyo” rodeados por un entorno doliente y encubierto. Una plataforma o estructura vertical de frío y gris hormigón. En ella infinitos niveles a modo de plató muy teatral (minimalista pero horrendo, ideal para esa aura ontológica que barre los ideales humanos, muy shakesperiano, todo hay que decirlo) donde dos personajes se debaten frente a frente. También se percibe algo de la esencia tensa y surrealista de un genio como Luis Buñuel, queda evidente el guiño a “Don Quijote de la Mancha”, “El Banquete de Platón” o de cintas clásicas tan potentes como “Taxi Driver”, “Saw”, «Exam», «The Killing Room” o por supuesto la intrincada “Cube” de Vincenzo Natali.
Egoísmo y comida
Corre un mes cualquiera, la rotación en marcha y la suerte echada para todos los habitantes de este armazón infranqueable. Según el nivel que les toqué además, la cosa pintará de una manera u otra. Cuando más arriba, más vianda. Y al contrario. Si tu suerte está a la misma altura de donde preferían construir los de la Corporación Umbrella, peléate por las sobras, o ni siquiera eso. Como algo fundamental, primario, la comida será el hilo conductor de la trama. El hambre, desata la locura. Pero es que la gula también.
Me río ahora mismo de cómo la representa David Fincher en la poderosa “Seven” (1995). Tras un comienzo demasiado explícito a la hora de revelarnos ‘las reglas del juego’, los protagonistas (entre ellos actuaciones muy destacadas como las de Zorion Eguileor –interpretando al capcioso personaje de Trigamasi-, Antonia San Juan en un registro sorprendente, un camaleónico Emilio Buale, y por supuesto Iván Masagué, quien sale prácticamente en todos los planos y que tuvo que adelgazar 12 kilos sin poder parar de rodar) no pararán de sobrecogernos a la vez que nos hacen partícipes de su aciago destino.
La Administración nos insensibiliza
Bajo un ritmo bastante acertado, en «El Hoyo» se nos irá planteando, mejor dicho poniendo en ‘bandejas’, el lado más oscuro, aberrante, primitivo y decadente de cada uno de ellos ¿un reflejo de nosotros? No faltarán tampoco diálogos donde nos rebanaremos los sesos, humor negro… De hecho se puede tomar también como una tremenda parábola de terror sobre los poderes fácticos y gobiernos opresores.
Ya es Historia
Se trata de la primera película española en ganar –y ojo con esto, en toda su historia- el Festival de Cine de Sitges. Antes de ocurrir eso ya asombró en el de Toronto y el Fantastic Fest de Austin, Texas. Luego fascinó a la plana mayor de Netflix quienes no dudaron en ficharla para su ‘videoteca’ más exclusiva. Adquiriendo incluso sus derechos, salvo en Asia. Y es que se trata de una cinta removedora de conciencias y estómagos, donde tanto a nivel interpretativo, argumento incómodo y recursos técnicos (fotografía, efectos, la música de la compositora Aranzazu Calleja, etc.) todo encaja de miedo.
Película: El Hoyo
Director: Galder Gaztelu-Urrutia
Actores: Iván Massagué, Zorion Eguileor, Antonia San Jaun, Emilio Buale, Eric Goode.
Fecha de estreno: noviembre 2019
Texto: Bruno Garca
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