Los jóvenes rusos que crecieron durante la década de los noventa se vieron sumergidos en una coyuntura política y social que los dejó sin trabajo y sin esperanzas de futuro a las puertas de un nuevo y exótico universo por explorar: occidente y su máquina capitalista. A finales de la década la influencia del estilo skater en la moda de la calle relega la figura del gopnik a una imagen estereotipada de la juventud rusa y un grupo de jóvenes emprendedores se animan a sentar las bases de la moda que los representa. Fiction Wear es una de esas marcas, las primeras que nacen bajo el sello del streetwear made in Russia.

La era postsoviética trajo consigo un nuevo dios al que rendirle culto, el capitalismo. De esta etapa surgió un espécimen característico de los suburbios de aquella Rusia de tiempos revueltos conocido como gopnik. Los gopniks vestían ropa deportiva, preferiblemente adidas -pero también Kappa y Fila-, influenciados por los Juegos Olímpicos de Moscú de 1980, llevaban gorras capadas y su ritual de reunión solía ser en corrillo y en cuclillas. Esta era la imagen de ese sector de la población joven de los barrios entre los que se encontraban algunos ociosos y sin trabajo, otros eran delincuentes menores o nuevos gánsteres en potencia. La comunidad skater de Europa del este vivía su propio despertar a finales de los ochenta, con un atraso de veinte años en la materia, pero la disolución de la antigua URSS trajo consigo la libertad de consumir bienes importados y el intercambio de material entre locales y visitantes occidentales. Así comenzaron a recibir información, vídeos, revistas y tablas de skateboarding actuales, y un nuevo mundo se abrió para la comunidad skater en Moscú.

A finales de los noventa y con la entrada del nuevo siglo, la influencia del estilo skater en la moda de la calle fue un hecho y un puñado de soñadores intrépidos se atrevieron a lanzar las primeras marcas de streetwear en Rusia, inspiradas por la creciente cultura del skateboarding y la ropa deportiva. La figura del gopnik queda relegada a la encarnación de la choni en versión masculina rusa, y las nuevas generaciones optan a un estilo urbanita que encarna la realidad de su carácter, sus sueños y su nueva identidad. Fiction Wear es una de esas marcas, las primeras que nacen bajo el sello del streetwear made in Russia, inspirada por la cultura del skate y cuya filosofía se basa en la lealtad a los orígenes. Por eso toda su ropa se produce en Moscú. Creada en el año 2007, Fiction Wear está comprometida con la comunidad de productores independientes, desde la confección de sus prendas hasta la realización de sus vídeos de skate, pasando por las sesiones de foto, todo realizado al 100% por el equipo de la marca y sus colaboradores: riders, artistas, diseñadores, fotógrafos, filmmakers… y amigos.

El pasado verano lanzaron una colección especial por su décimo aniversario, inspirada por todas las experiencias vividas durante esos diez años de aventura empresarial, de trabajo duro y de logros. En sus propias palabras, “¡diez años es una cifra fantástica para una marca de ropa!”, y así lo dejaron claro con un enorme gráfico que gritaba “Fantastic!” como distintivo de la colección. La última colección de Fiction, llamada Black And White 2018, es una demostración de la ortodoxia de su estilo. Una selección de piezas clave, confeccionadas con materiales agradables al tacto y texturas delicadas, que recoge la tradición de las prendas de trabajo, como las chaquetas acolchadas tipo coaching, y las prendas deportivas, como las hoodies 100% algodón, todo en un escrupuloso blanco y negro, salpicado de gráficos muy millennials, pero de manera estratégica. Una colección cápsula discreta y reducida que refleja la magnitud de un objetivo: Background Makes Sense. 

fictionwear.ru

Texto: Rosario Muñoz

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