Höga Nord / entrevista

Fundado hace cuatro años, en la parte trasera de una tienda, Höga Nord es un sello atípico en muchos sentidos. Un sello que abarca desde el rock psicodélico más obtuso hasta la electrónica menos acomodada., pasando por todo lo que hay en medio. Que trata por igual a figuras consagradas y artistas debutantes. Que fabrica vinilos envueltos en diseños trabajados con espero. Que cuida la escena local de su ciudad y esta dispuesto a dejar huella.

Sentado en el almacén que sirve de despacho a su sello, en la ciudad de Gotemburgo, Mathias Nilsson explica que la música siempre fue un elemento muy importante en su vida, aunque no desde un punto de vista tradicional. Solía tocar la batería cuando era joven, en bandas de pop y de rock, pero nunca tuve ambiciones demasiado grandes en ese sentido, era más bien un divertimento. En realidad, mi auténtica afición era el coleccionismo de discos.

Una afición que, como le sucede al personaje de John Cusack en Alta Fidelidad, llevó a nuestro hombre a plantearse la necesidad de dejar huella, de colaborar en el mantenimiento de esa fábrica de sueños. Estuve viviendo durante varios años en Estados Unidos, y allí entré en contacto con mucha música interesante y con sellos que enfocaban el negocio de una manera muy particular, así que comencé a darle vueltas a la idea de montar algo parecido por mi cuenta. Un proyecto que cristalizó hace cuatro años, cuando volvió a Gotemburgo y se encontró con su amigo Gustaf Dickson. Había abierto una tienda de discos y le interesó mucho la idea que tenía, así que decidimos montarlo, aprovechando la parte trasera de la tienda como oficina. Y, bueno, a día de hoy además de compartir el sello también soy socio de la tienda y trabajo en ella. Un trabajo, por cierto, que le ayuda a no bajar la guardia. La tienda funciona también como coffee shop, así que el contacto con el público es muy cercano y la conversación cotidiana. Trabajar en una tienda nos permite escuchar mucha música nueva todo el tiempo, y hablar con la gente es una fuente continua de información.

Dentro del catálogo de Höga Nord hay dos grandes vertientes de estilo: el rock psicodélico y la electrónica con un punto extravagante. Es una mezcla curiosa. Nos gustan mucho esos dos tipos de música, pero sobre todo queríamos tener un sello que no fuera fácil de clasificar. Hay mucha música interesante ahí fuera, así que lo último que nos interesaba era crearnos límites a nosotros mismos.

Dentro de vuestro catálogo se mezclan los artistas debutantes con otros que tienen carreras largas a sus espaldas. ¿Cómo decidís qué discos os interesa publicar? El filtro es muy sencillo: si nos gusta la música, la publicamos. Algunas veces se trata de bandas han contactado con nosotros, otras veces llegan a través de amigos comunes, y en alguna ocasión las hemos perseguido porque nos interesaban. Es el caso de Robert Leiner o Pete Bassman, dos artistas con los que contactamos porque somos grandes seguidores, y hacía mucho tiempo que no veíamos discos suyos publicados.

También hay un gran porcentaje de bandas suecas dentro de vuestro catálogo. El sesenta por ciento de los discos que publicamos provienen de Suecia, y de esos la mayoría son de Gotemburgo, de gente que conocemos. Gotemburgo es una ciudad pequeña, de apenas un millón de habitantes, pero siempre ha tenido una escena musical interesante, especialmente alrededor del punk y el techno. Así que publicar a bandas de la ciudad es nuestra manera de ayudar al desarrollo de la escena local, con la que nos sentimos muy vinculados.

Esa manera de trabajar tiene mucho que ver con una de las características de Höga Nord, y es que se trata antes de un sello de discos que de un sello de artistas. Es cierto eso que dices, e imagino que tiene que ver con la manera en que entendemos los discos: como objetos que encontramos y que sentimos que tienen que pertenecer a nuestro sello. Trabajar con un artista puede llevarte a discusiones acerca de cuestiones de estilo, o a publicar cosas que no te interesen sólo por fidelidad. Y en ese sentido, preferimos no comprometernos.

Otra de las características interesantes del sello es el cuidado que ponéis a nivel de diseño gráfico, definiendo series distintas en función del formato de cada lanzamiento. Nos gusta cuidar mucho los aspectos visuales, es cierto. Creo que es porque algunos de los sellos que nos han gustado desde siempre, como Factory o Impulse, mantenían ese nivel elevado de diseño gráfico, que añadía un plus de calidad. Para alcanzar esa meta trabajamos con un par de diseñadores gráficos: uno de ellos es mi novia y el otro es Alexander Palmestål. Los dos nos van proponiendo ideas para desarrollar cada una de las series y los elementos accesorios, como la página web o las piezas de ropa. Todo esto afecta sobre todo a los singles y EPs, porque el diseño de los álbumes solemos dejarlo en manos de los propios artistas.

Sólo publicáis en vinilo. ¿No es una manera de cerrarse puertas? El vinilo es el único formato físico que nos interesa. Lo amamos por muchas razones: por los recuerdos que nos trae, por el tacto y el olor, porque suena infinitamente mejor y además nos permite desarrollar la imagen del sello con una mayor calidad gráfica. Pero no somos unos dictadores; entendemos que hay gente que no piensa como nosotros, y por eso también vendemos descargas en formato digital.

¿En qué discos estáis trabajando ahora? Acabamos de publicar el nuevo álbum de Fontän, que llega ocho años después del anterior y es una maravilla. En julio saldrán un EP de Timothy J. Fairplay y un single de Ultra Satan, y ya a finales de agosto, y en coincidencia con el Festival Convenanza, publicaremos un maxi con remezclas del disco de Fontän, en el que participará gente como Red Axes, VoX LoW o Timothy J. Fairplay.

Y ya para terminar, teniendo en cuenta lo particular que es Höga Nord, ¿hay algún otro sello con el que os sintáis identificados? Creo que ahora mismo el sello que más me gusta es Optimo: todo lo que hacen y publican me parece espectacular. También nos sentimos muy cercano a un sello sueco de techno que se llama Bond. Y por supuesto, al sello de Timothy J. Fairplay, Crimes Of The Future.

 

 

hoganord.com

Entrevista: Vidal Romero