Hsin-Chien Huang: arte digital y realidad virtual diseñados para la reflexión

Hsin-Chien Huang es un consumado artista que a través de las nuevas tecnologías y el arte digital crea obras impactantes para hacernos preguntas a nosotros mismos. Su creación «The Eye and I» colaborando con Jean-Michel Jarre, un pionero de la música electrónica, es un viaje que combina a la perfección arte, tecnología y narración y que se presentó en la edición 2024 de LEV Matadero. Hablamos con el taiwanés Hsin-Chien Huang para invitaros a reflexionar sobre nuestros propios roles dentro de los sistemas de vigilancia. Algunos evidentes, y otros no tanto.

¿Qué te inspiró para una experiencia como «The Eye and I»? ¿Y cómo crees que será recibida por el público?

«The Eye and I» nació de mi profunda fascinación por los temas de vigilancia e identidad en nuestra sociedad moderna. Jean-Michel Jarre me dijo una vez: «La vigilancia se convirtió en un problema global no porque los gobiernos y las empresas lo estén haciendo, sino porque todos participamos en ella». Sus palabras me abrieron los ojos porque también vigilo a diario: controlo el tiempo que mis hijos pasan frente a la pantalla y tengo cámaras en casa para controlar a mi madre, que tiene demencia.

Pretendo ofrecer al público una reflexión sobre la vigilancia. No solo para criticar a las grandes corporaciones o a los gobiernos por su mal uso de la vigilancia, sino para entender la vigilancia en el contexto de la historia humana y nuestra creencia de que la vigilancia es el único método para descubrir la verdad.

Creo que el público también reflexionará y se sentirá identificados con la pieza, ya que los anima a considerar el equilibrio entre la seguridad y la libertad personal, y a explorar formas alternativas de buscar la verdad en un mundo saturado de observación.

¿Cómo fue el proceso de desarrollo y creación de la misma?

Comenzamos con una investigación exhaustiva sobre los sistemas de vigilancia y su contexto histórico. Dedicamos un año entero a comprender los matices del monitoreo y su impacto en la sociedad. El proceso de desarrollo coincidió con el apogeo de la pandemia de COVID-19, que presentó desafíos únicos.

Jean-Michel Jarre tiene una aplicación llamada EON, un programa de música generativa que produce bocetos musicales en evolución. Como no podíamos estar juntos físicamente, lo usamos para generar numerosas ideas musicales, lo que nos ayudó a explorar el estilo musical de Jean-Michel y nos proporcionó marcadores de posición para nuestro proyecto. Utilizamos estos marcadores para asegurarnos que las imágenes y el estilo musical de Jean-Michel se integraran armoniosamente. Finalmente, Jean-Michel tomó estos prototipos visuales y auditivos y creó la música final para la pieza.

Este proceso me hizo imaginar un futuro en el que los artistas pueden entrenar robots de IA generativa utilizando su propio trabajo, creando contrapartes digitales de ellos mismos. Este método no solo mejora la colaboración, sino que también amplía los límites de la creatividad y la integración tecnológica en el arte.

Hsin-Chien Huang: «Trabajar con Jean-Michel Jarre fue una experiencia extraordinaria y profundamente enriquecedora»

Un icono musical como Jean Michel Jarre pone música a «The Eye and I», ¿cómo fue trabajar con él y qué importancia tiene en la obra?

Trabajar con Jean-Michel Jarre fue una experiencia extraordinaria y profundamente enriquecedora. Más allá de sus notables contribuciones musicales, guió continuamente la dirección de The Eye and I de principio a fin. La inspiración inicial para la pieza surgió de su conversación con Edward Snowden, que provocó profundas reflexiones sobre la vigilancia y su impacto en la sociedad.

La música juega un papel crucial en «The Eye and I», guiando el viaje emocional del público y mejorando la narrativa sin necesidad de palabras. La música de Jean-Michel se convierte en el hilo invisible, un elemento más espiritual e imaginativo que eleva la pieza. Agrega profundidad y matices, y actúa como una fuerza invisible que conecta la tecnología con la emoción. Sus composiciones no solo complementan los aspectos visuales, sino que también alientan a los espectadores a profundizar en los temas, lo que hace que la experiencia inmersiva sea más profunda y estimulante.

¿Qué supone para ti que «The Eye and I» llegue a espacios como el festival LEV?

Es un verdadero honor que «The Eye and I» se exhiba en espacios como LEV Festival, reconocido por celebrar la intersección del arte, la tecnología y el sonido. Lo que se alinea perfectamente con la esencia de esta pieza. Es gratificante ver que el trabajo llega a audiencias ansiosas por explorar y participar en formas innovadoras de expresión artística.

Una reflexión sobre el delicado equilibrio entre los beneficios sociales y las libertades individuales

La obra habla sobre la vigilancia a lo largo de la historia ¿crees que vivimos en una época de mayor control donde la libertad está muriendo en favor de la seguridad?

La vigilancia hoy en día no se trata únicamente de seguridad; también promete servicios mejorados y mayor comodidad que satisfacen nuestras necesidades individuales. Los algoritmos de las redes sociales nos ayudan a encontrar comunidades de personas con ideas afines, lo que facilita la conexión y el intercambio. Curiosamente, a menudo nos sentimos menos aprensivos a ser monitoreados por programas informáticos que por seres humanos conscientes, tal vez percibiendo los algoritmos como más imparciales.

Sin embargo, al compartir voluntariamente nuestra vida privada en las redes sociales, exponemos nuestros datos personales a extraños y sistemas automatizados. Este intercambio y recopilación de datos generalizados tienen implicaciones más amplias. En algunas sociedades, la agregación de grandes cantidades de datos personales acelera los avances tecnológicos, en particular en inteligencia artificial, lo que conduce a una mayor fortaleza y eficiencia nacional. Esto plantea una pregunta crítica: si un enfoque de este tipo proporciona una ventaja competitiva en el escenario global, ¿podrían más países adoptar modelos de gobernanza que prioricen los datos colectivos sobre la privacidad individual?

Es un desafío demostrar que respetar las libertades personales no obstaculiza el progreso social, sino que, de hecho, puede mejorar la creatividad y la eficiencia. A través de «The Eye and I», espero provocar la reflexión sobre el delicado equilibrio entre los beneficios sociales y las libertades individuales, y cuestionar nuestra creencia de que la vigilancia es el único camino para descubrir la verdad.

Hsin-Chien Huang: «A través del arte podemos inspirar a las personas a cuestionarse el status quo»

¿Existe algo natural que escape a un control férreo por parte de las diferentes herramientas del sistema?

Escapar por completo del alcance de las herramientas de vigilancia modernas es, sin duda, un desafío, dada su integración en casi todos los aspectos de nuestras vidas. Sin embargo, creo que el arte tiene un poder único en para generar conciencia: puede iluminar verdades ocultas y provocar pensamientos de maneras que otros medios no pueden.

Al crear obras que generen conciencia, iniciamos discusiones y conversaciones que pueden conducir a acciones concretas y cambios significativos. A través del arte, podemos inspirar a las personas a cuestionar el status quo, participar en un diálogo crítico y, en última instancia, dar pasos hacia un futuro donde las libertades personales se respeten junto con el avance tecnológico.

Si bien es posible que no podamos escapar por completo de la vigilancia moderna, ciertamente podemos influir en cómo evoluciona y cómo impacta nuestras vidas.

La integración de la IA en la vigilancia

Juvenal ya se preguntaba “quién vigila a los vigilantes”, ¿a día de hoy tenemos respuesta? ¿Sabemos quiénes son los vigilantes?

Hoy en día, los «vigilantes» son cada vez más complejos y a menudo quedan ocultos a la comprensión pública. Pueden ser gobiernos, corporaciones o incluso algoritmos sofisticados que monitorean y analizan nuestros datos. A medida que avanza la tecnología, estos sistemas se vuelven más intrincados y menos transparentes, y las empresas tratan sus algoritmos como secretos patentados. La integración de la IA en la vigilancia eleva esta complejidad a nuevos niveles, lo que hace que sea aún más difícil identificar quién nos está observando.

A medida que las capacidades de razonamiento de la IA se fortalezcan, incluso datos aparentemente insignificantes se pueden usar para inferir una gran cantidad de información personal. Por ejemplo, un estudio de 2023 demostró que a partir de los datos de movimiento del auricular y el controlador de mano de un jugador de realidad virtual, es posible inferir la identidad, la altura, el género y otros detalles personales del usuario.

Esta es una de las razones por las que Jean-Michel y yo elegimos la realidad virtual como medio para «The Eye and I»: la realidad virtual puede considerarse el dispositivo de vigilancia definitivo. Es fundamental que permanezcamos vigilantes y cuestionemos los sistemas existentes, esforzándonos por lograr transparencia y rendición de cuentas en una época en la que la vigilancia es cada vez más generalizada.

Hsin-Chien Huang: «El siguiente paso para la realidad virtual es mejorar su accesibilidad e integración»

¿Cuál crees que será el siguiente paso en el avance de la realidad virtual?

El siguiente paso para la realidad virtual es mejorar su accesibilidad e integrarla de manera más fluida en nuestra vida diaria. Los avances en la retroalimentación háptica, la tecnología sensorial y la inteligencia artificial harán que las experiencias de realidad virtual sean más inmersivas e interactivas que nunca. La fusión de la realidad virtual con otras tecnologías emergentes podría dar lugar a nuevas formas de narración y comunicación que aún no hemos imaginado.

Sin embargo, como se mencionó anteriormente, la realidad virtual también podría convertirse en el dispositivo de vigilancia definitivo. No solo puede monitorear lo que los usuarios ven y hacen, sino que, al combinarse con tecnología portátil, podría recopilar información corporal interna, como la frecuencia cardíaca y la presión arterial. Esto plantea importantes preocupaciones sobre la privacidad y el potencial uso indebido de los datos personales. Si bien estamos entusiasmados con las posibilidades que ofrece la realidad virtual, esperamos que este futuro distópico no se haga realidad.

Trabajaste en la industria del videojuego en Sega y Sony ¿cómo recuerdas esos años?

Trabajar en Sega y Sony me permitió estar a la vanguardia del entretenimiento interactivo durante una época de rápidos avances tecnológicos. Fue un período emocionante lleno de experimentación y creatividad, en el que explorábamos constantemente nuevas formas de involucrar al público. Influyó enormemente en mi enfoque del arte, en particular en cómo se puede aprovechar la tecnología para crear narrativas inmersivas e interactivas.

En aquel entonces, la industria de los videojuegos se centraba principalmente en el mercado masculino joven, por lo que muchos juegos giraban en torno a temas de violencia y desnudez. El incidente del tiroteo de Columbine me afectó profundamente y fue una razón importante por la que decidí dejar la industria de los videojuegos. Me impulsó a reflexionar sobre el impacto del contenido de los juegos en la sociedad y las responsabilidades que tenemos como creadores.

Ahora, estoy considerando volver a crear contenido de juegos. Siento que las audiencias de hoy son más amplias y están más abiertas a narrativas interesantes y diversas. Creo que los juegos tienen el potencial de profundizar en temas serios y explorar posibilidades futuras de manera más efectiva que las novelas o las películas.

Mi próximo proyecto implica contar una historia futurista en forma de juego, que veo como una extensión de mis experiencias anteriores en la industria de los juegos. Espero utilizar el poder inmersivo de la realidad virtual para involucrar al público en conversaciones significativas sobre nuestro futuro.

Entrevista a Hsin-Chien Huang: Sergio Bifeis