Aunque hace años se prometió no publicar más discos, cansada de ver la deriva en la que había entrado la industria musical, Miss Kittin siguió grabando canciones en su estudio casero. Canciones escritas para su disfrute personal, que le sirvieron para reconectar con ese electro primitivo y melódico que escuchaba en su adolescencia, y que sacaron a la luz aspectos de su personalidad que había reprimido durante mucho tiempo, detrás de esa fachada de artista dura e independiente que se había construido. Fue su manager el que la empujó a sacar ese material a la luz. Para hacerlo la DJ y cantante francesa sintió la necesidad de reinventarse y partir de cero. Un renacimiento al que hace referencia el título de “Cosmos” (Dark Entries, 2018). Un álbum minimalista y espartano, de naturaleza experimental y reivindicativa, que se aleja por completo de las pistas de baile.
Retorno a los orígenes
Hablas de “Cosmos” como un retorno a tus orígenes. La primera consecuencia es que tu alias es ahora Kittin a secas. Me ha sorprendido descubrir que el prefijo “Miss” era una imposición de los promotores de clubes y discotecas, casi siempre hombres, en la década de los noventa. ¿Cómo fue crecer en una época como aquella, en la que ser mujer e intentar ganarse la vida como DJ debía provocar mucha agresividad?
Tengo que decir que fueron mis amigos. La gran mayoría chicos, los que me animaron a pinchar y me dieron las primeras oportunidades. En mi círculo los hombres eran abiertos de mente y no tenían problemas con estas cuestiones, incluso consideraban cool ver a una de sus amigas detrás de los platos. Fuera de ese círculo las cosas no eran tan sencillas, sobre todo cuando empecé a pinchar por toda Francia. Pero es el problema de siempre: la gente no sabe cómo tratar con las minorías, así que tuvimos que explicar que veníamos en son de paz y que no queríamos ocupar su lugar. Que había espacio para todos, y que de hecho podríamos beneficiarnos de esa diversidad… Creo que acabo de darte la auténtica definición del feminismo.
La vertiente más experimental de la electrónica
Teniendo en cuenta el sonido tan espartano que se escucha en “Cosmos”, me produce curiosidad saber qué tipo de música te gustaba en aquella época y cómo era la escena de clubes en Francia. La verdad, no te imagino escuchando a Daft Punk o cosas de French Touch.
Siempre me interesó mucho la vertiente más experimental de la electrónica. En las raves escuchábamos techno, acid house y hardcore, pero durante la semana preferíamos cosas como The Orb, KLF, los discos de Warp o artistas de ambient tipo Biosphere. Te hablo de principios de los noventa, mucho antes de que Daft Punk aparecieran. La escena estaba dividida en dos: la gente del house en París y la gente del techno en todos los demás sitios. La gente del house venía del hip hop, del funk y la música negra, mientras que los demás éramos hijos de la new wave, habíamos crecido escuchando punk, música industrial y rock alternativo en bares y fiestas ilegales.
Más tarde, la fractura entre París y las provincias se hizo aún mayor. Para que te hagas una idea, nunca me llamaron para pinchar allí hasta que tuve éxito con The Hacker, algo que tampoco me importaba, porque la ciudad me parecía muy aburrida en aquella época. El único artista capaz de trascender esa separación fue Laurent Garnier. Era nuestro maestro, un tipo capaz de tocar todos los palos y de ampliar tu visión como DJ. Y también una persona que me apoyó desde el primer momento, que siempre me recomendó seguir mi camino y no hacer caso a lo que dijera la gente.
“Cosmos” llega tras un parón de cinco años
“Cosmos” llega tras un parón de cinco años en los que has estado pinchando pero no has publicado casi nada, apenas un par de colaboraciones. ¿Sentías la necesidad de limpiarte después del gran esfuerzo que supuso tu disco anterior, “Coming from the stars”?
Me gusta colaborar con gente que es buena produciendo temas para la pista de baile, porque es algo que nunca he sabido hacer. La verdad es que no tenía interés por hacer un disco, no le veía el sentido en un momento como el actual, en el que la música es desechable y se consume como si fuera fast food. Empecé a escribir canciones para mí, sólo por el gusto de hacerlo, pero mi manager escuchó algunas y me dijo que había algo interesante ahí y que trabajara más en serio. Si no me hubiera empujado, posiblemente tú y yo no estaríamos hablando ahora, pero gracias a sus comentarios comencé a visualizar los vínculos que existían entre las canciones y a desarrollar un concepto. Porque lo que nunca hubiera hecho es publicar canciones sueltas. Si hacía algo, tenía que contar una historia.
Redescubriendo material inédito
La única excepción a lo anterior son los dos singles con material antiguo de Miss Kittin & The Hacker que ha publicado Dark Entries, uno en 2015 y otro en 2018. ¿Por qué sacarlos ahora?
El chico del sello conoció a The Hacker y le preguntó si teníamos material inédito. Se trata de tomas en directo, maquetas o canciones que en su momento no nos parecieron lo suficientemente buenas. Cosas que en general habíamos olvidado. Pero ha sido muy emocionante redescubrirlas, me alegra haberlas publicado y que haya sucedido en Dark Entries, el único sello en el que podríamos haber hecho algo así.
¿Te ha sorprendido la buena recepción de esos EPs después de tantos años de ausencia?
Lo interesante es que, veinte años más tarde, esas canciones son cool. Hace diez años, incluso cinco, habrían sonado un poco horteras y anticuadas. Pero como la historia es un loop continuo, ahora mismo tenemos la suerte de estar en un revival del electro.
Habéis estado pinchando juntos últimamente ¿Volveréis a grabar?
No te negaré que este pequeño éxito nos motiva para hacer cosas nuevas, pero nunca se sabe. Tenemos que sentir la necesidad.
El electro suena a nuevo
¿Y qué piensas de ese revival, que no afecta sólo al electro, sino también a la EBM y el post-punk? Hay mucha copia de modelos antiguos, pero también artistas que intentan llevar esos estilos un poco más lejos.
Eso es justo lo que me gusta. Últimamente vuelvo a pinchar mucho electro en mis sets. Precisamente porque suena a nuevo, y esos artistas que no se conforman con hacer un corta-pega son los realmente interesantes. Es curioso, porque muchos de ellos ni siquiera habían nacido cuando The Hacker y yo publicamos nuestros primeros temas, y me sorprende cómo manejan la tecnología, cómo mezclan software y cacharros analógicos para reinventar un pasado que no llegaron a vivir. Es algo que sucede con otros géneros, como el techno o el acid house.
Volviendo a “Cosmos”, se trata de un disco muy diferente a todo lo que has publicado en el pasado. Conciso y minimalista, desnudo hasta los huesos, pero al mismo tiempo muy melódico. Puedo ver conexiones con el segundo disco de “Calling from the stars”, pero las influencias parecen distintas.
Es cierto, hay puntos en común con “Calling from the stars”, en el sentido de que esa segunda parte eran canciones más experimentales y que había grabado para mí misma, sin intención de publicarlas. Pero el manager del sello insistió mucho en que hiciéramos un disco doble; una auténtica locura, en vista de cómo ha ido virando el mercado cada vez más hacia singles y canciones sueltas. El caso es que yo misma no me di cuenta de esa correspondencia hasta que tenía “Cosmos” terminado, y me parece bien. Como vocalista, puedo grabar techno o lo que me propongan. Como artista, lo que me sale de dentro es esto otro.
Buscando sonidos para crear la atmósfera perfecta
La primera parte de “Cosmos” está muy enraizada en el electro clásico (pienso en nombres como Aux88, Drexciya o Dopplereffekt), y el título del disco se refiere a un renacimiento tuyo como artista.
Intento que no se me noten las influencias… sigo los consejos de Jeff Mills, que recomienda encerrarse en el estudio y no escuchar nada de música de otros artistas. Pero la realidad es que una vez que te sientas delante de las máquinas es fácil que te salga un ritmo o secuencia que copie algo que conoces de manera inconsciente. No soy una productora, solo alguien que escribe canciones, así que procuro buscar sonidos que me ayuden a crear la atmósfera que tengo en la cabeza. Y si consigo concentrarme de manera correcta, lo que surge es cien por cien mi visión.
Sensibilidad pop que sorprende
La segunda parte del disco, con canciones de formato más clásico, demuestra una sensibilidad pop que sorprenderá a mucha gente que te relaciona con el mundo de los clubes. ¿Es “Cosmos” un disco pensado para la escucha doméstica?
Sin ninguna duda. Quizás porque nunca he podido pasar mucho tiempo en casa, debido a la vida nocturna que llevo. Pero también porque la música electrónica existe fuera de los clubes. Deberíamos integrarla en nuestra vida diaria. Como te he dicho antes, escribo canciones con elementos electrónicos. Y siendo honestos, cuando haces música piensas en primer lugar en que te guste a ti mismo, no en lo que la gente quiere escuchar.
La voz funciona como el instrumento central del disco, con un puñado de ritmos, atmósferas y melodías gravitando a su alrededor. ¿Cómo has escrito las canciones? Porque en algunas ocasiones parece que has cantado y después añadido los arreglos, y en otras parece que te has dedicado a quitar todos los elementos que resultan innecesarios o redundantes.
No estoy de acuerdo en lo primero. En varias canciones la voz está en un segundo plano. Apenas un par de palabras con un montón de efectos. Pero sí es cierto que eliminar todo lo que sobra es una de las partes más importantes de todo el proceso; es lo mismo que hay que hacer en la vida de una manera regular, para dejar espacio a cosas nuevas. Y es también la razón por la que he tardado tanto en terminar el disco. En el pasado solía escribir las canciones de manera muy rápida porque quería completar todo el proceso cuanto antes. En esta ocasión he dejado que reposen, a veces durante meses, para poder tener la distancia necesaria con las que darles una forma definitiva.
Conservando el toque orgánico
¿Qué instrumentos has utilizado para grabar el disco? Lo pregunto porque a ratos tiene un aire analógico, pero también hay otros momentos en los que resulta muy digital.
La base está realizada con software. Esto me permite crear la estructura con más facilidad y flexibilidad. Aunque muchos de los detalles y melodías están realizados con hardware, para conservar un toque orgánico. De todos modos, la parte más larga y complicada ha sido la mezcla, los efectos y la panoramización. Todo eso es lo que da al disco su profundidad. Y no he tenido que invertir demasiado para conseguirlo: tengo un estudio pequeño, y todavía trabajo con Cubase. No hace falta más.
Letras personales y reflexivas
Debe ser difícil desnudar tus sentimientos de esa manera y mostrarlos al mundo.
Si no eres capaz de hacer algo así, lo mejor es que cambies de trabajo. Como artista, tienes la responsabilidad de compartir tu visión de una manera honesta. De otro modo, no funcionará. Además, creo que la gente que sigue a artistas como yo espera justo eso: un poco de sinceridad en un mundo donde todo parece cada vez más falso.
Siento especial curiosidad por una de las canciones, “#metoo”. Durante muchos años has sido un modelo para las chicas que querían dedicarse a la música electrónica. Al mismo tiempo algunas de tus decisiones (pienso por ejemplo en el traje de enfermera que utilizabas al principio de tu carrera) han resultado controvertidas. En la letra pareces reflexionar sobre esos temas con un recuento de cosas de las que te sientes orgullosa y otras que quizás habrías hecho de otro modo.
El traje de enfermera fue el único disfraz interesante que encontré para nuestro concierto en el Sónar del año 2000. Al utilizarlo me di cuenta de lo fácil que es jugar con el inconsciente colectivo y las fantasías masculinas. No es algo que inventara yo. Hay gente como Poison Ivy, de The Cramps, que han utilizado esos mismos recursos desde una perspectiva punk. Lo que digo en esta canción es que, si quieres crecer, tienes que enfrentar tus miedos. Superarlos y hacerte respetar por ello. Eso te hará más fuerte y te enseñará a no agachar la cabeza.
«Tenemos que asumir la importancia de ser mujeres»
Todas las mujeres que han sufrido violencia machista en alguna de sus formas están empezando a considerar cosas que estaban normalizadas como inaceptables, y de eso habla “#metoo”. Y no olvidemos que los hombres, en primer lugar, están criados y educados por mujeres. Así que somos las primeras que tenemos que asumir la importancia de enseñar a los niños a ser respetuosos. También mostrar a las niñas que no deben ser sumisas.
¿Qué te parecen los logros que ha conseguido el movimiento dentro del ámbito de la música electrónica? ¿Crees que los clubes son ahora lugares más seguros? ¿Los hombres están empezando a entender que no son el centro del universo?
Como te decía, es una cuestión de educación. No puedes cambiar el funcionamiento del mundo con un parpadeo. Sí es cierto que la llamada de atención ha sido muy poderosa, así que me siento confiada. Ahora lo que tenemos que procurar es no caer en el extremo opuesto. No convertir este movimiento en una excusa para contratar a mujeres por el mero hecho de serlo, sin tener en cuenta su valía.
Soluciones y propuestas postitivas
Think tanks como We Said So están trabajando en este sentido, con muchas soluciones y propuestas positivas. Y eso es importante en un momento como el actual. Hay muchos más DJs que nunca y mucha competitividad. Y todos sabemos que en muchas ocasiones la gente más famosa no lo es por sus méritos como artista.
Para terminar, ¿piensas hacer conciertos con “Cosmos”?
La verdad es que no. Se trata de un álbum de estudio. Resultaría muy frustrante darle al botón de play en un portátil y cantar con visuales por detrás. Además, es mucho más divertido tocar con The Hacker que hacerlo sola.
Entrevista: Vidal Romero
Foto: Eric Mistler
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