Para Leandro Fresco y Rafael Anton Irisarri no existen las fronteras. En todo caso serían lazos imaginarios que en vez de separar, unen. Este genuino dúo acaba de regresar firmando un álbum demencial que bien podríamos usar como una nueva capa de nuestra atmósfera terrestre. A la mesosfera, exosfera… se le unirá desde ya un disco nutrido por media docena de piezas gaseiformes que son puro deleite. “Una presencia en la brisa” (A Strangely Isolated Place, 2020), así se titula.
Un disco de esos que amansan a cualquier bestia
La somanta de mantos ambientales y deidades sintéticas que avanzan por todos y cada uno de los cortes de “Una presencia en la brisa” son ideales para darle un buen arrumaco al cerebro. Leandro y Rafael poco o nada tendrían que envidiar los momentos más interesantes de reflexión de bichos consagrados como Brian Eno. Por mencionaros solo uno de los estandartes de este tipo de manifiestos vaporosos. Si bien es cierto que a nivel personal encuentro este nuevo trabajo mucho más afín a aquel no menos esencial “Talk Amongst the Trees” (Temporary Residence Limited, 2005) de Eluvium. Me atrevería a decir incluso que a William Basinski, aunque en el caso del bonaerense y el norteamericano con paletas de sonidos más exuberantes.
Las notas coexisten con la densa niebla en cortes como “Cuando la rutina nos toma desprevenidos” o “El viento aún nos lleva sumergidos”. El caso es que aunque nos calen por dentro, uno fácilmente se deja ‘flotar’ con ese clima de texturas abstractas.
Los límites sonoros, coexisten
El dúo suma con este nuevo disco experiencia. Al mismo tiempo logran entretejer un sonido ambient hermoso y como ya hemos ido descubriendo –con permiso del velo nebuloso- profundo y existencial. Lagunas presuntamente abisales moduladas con enorme gusto. Ideal para días enfermos y para apasionados de los paisajes techno / dub de artistas como DeepChord o Biosphere, pero exentas de beat. De lo cinético, también. Incluso deberían darle su oportunidad aquellos amantes del post-rock más atemporal. Ahí tenemos planeando en paralelo por ejemplo artistas como Hammock o Lights Out Asia. En canciones como “El reflejo que el sol ha perdido” o “El vacío en sus ojos” escucharemos notas dramáticas, y poesía. Están escritas con punzón en hielo, pero son eso, pura lírica para nuestros sentidos.
Se trata de un disco en el que se explora la idea de la conexión humana. Recordad que este trabajo se ha construido por dos personas separadas por miles de kilómetros de distancia. En la misma nota de prensa facilitada por la discográfica se puede leer “hemos generado conexiones accidentales desde nuestras ciudades natales” –Buenos Aires y Nueva York- “sacando a la luz un vínculo cercano a pesar de no habernos reunido nunca en persona”.
Han vuelto a hacerlo. En 2017 ya nos avisaron con aquel álbum de nombre “La Equidistancia”. Música que riñe con la ciencia, y decide apostar por el existencialismo.
Artista: Leandro Fresco & Rafael Irisarri
Trabajo: Una presencia en la brisa
Label: A Strangely Isolated Place, 2020
Fecha lanzamiento: 06/01/2020
astrangelyisolatedplace.bandcamp.com
www.astrangelyisolatedplace.com
Bruno Garca
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