La última edición del Sónar en Barcelona ha sido una de las más confortables y manejables que este mortal recuerda. Llevo acudiendo al festival desde que arrancó este siglo XXI, y sin olvidar por supuesto la cosquilla fresca de las temperaturas, nunca antes me había sabido ubicar y mover tan bien por todas las áreas y escenarios que el evento dispone. Nunca, que yo recuerde.

Es obvio, la organización nunca ha parado de ponerse las pilas, de renovarse atendiendo las posibles fallas, mejoras en los escenarios, cómo llegar a ellos, una infraestructura más práctica, compromiso con su público… y la diversidad como algo natural. Conciencia social con vistas al futuro. Este año recaló especialmente en el desarrollo y el uso de la Inteligencia Artificial (potente el discurso-visual de Tim Maughan ‘2 Tired 2 Prompt’ en el Stage+D).

Hablaré especialmente de las tres jornadas del Sónar Día, un océano de experiencias, un ecosistema muy recomendable para descubrir nuevos artistas, propuestas únicas a caballo entre las mil caras del baile, lo electrónico-experimental (sin olvidar el extra visual) y una contemporaneidad con rumbos más exóticos, rústicos o urbanos.

De la edición 2024 en Barcelona voy a guardar un buen recuerdo de las actuaciones y vivencias sentidas con Marie Davidson, Lee Gamble, Kelly Moran, ABHIR, Verde Prato, Sevdaliza, Loraine James; y muy especialmente Ela Minus y Lee Gamble junto a la coreógrafa Candela Capitán.

Dos debilidades en Sónar 2024: Ela Minus y Lee Gamble

Sensacional la propuesta musical y tablas sobre el escenario de Ela Minus. Muy en contraste con la timidez y freno echado de yunè pinky justo un día antes. La actuación en el SonarHall de la colombiana radicada en Nueva York, Gabriela Jimeno Caldas​ aka Ela Minus, fue de enmarcar. Y eso que afrontaba ante miles de personas, en la mayor parte del minutaje, el estreno de su nuevo material. Temas inéditos o muy nuevos como “COMBAT”. Tampoco faltaron levanta-cadáveres como ‘megapunk’ o ‘el cielo no es nadie’.

A nivel personal, no hay cosa que más me fascine que los buenos contrapuntos en la música. Los claroscuros. La solidez versus la flotabilidad. En su caso, ataviada de rebeldía y feminidad, todo vertido en la medida justa. La escenografía, las danzas, el vestuario, las luces que se perdían entre sus primero planos, el contador digital, el contrapunto en sus voces entre la melodía, el susurro y el látigo , los beats cadenciosos y por supuesto su maravillosa forma de exprimir vida a los sintes… todo, en conjunto, un espectáculo muy bien imaginado.

Ela Minus. Foto: Leafhopper
Ela Minus

Lee Gamble, por su parte, presentó su trabajo ‘Models’ -creado con AI, especialmente en su apartado vocal, donde las deshumaniza- asociándose con la coreógrafa sevillana, pero barcelonesa de adopción, Candela Capitán. Juntos lograron un espectáculo que estoy loco por volver a ver (con uso de la conexión en directo a Instagram, por supuesto… esos primeros planos, una sensación).

Un show multidisciplinar donde confluyen de un modo apasionante e incluso muy físico: música electrónica de primer nivel, tecnología, arte, danza extrema, y diseño de iluminación (realizado por Jacqueline Sobiszewski). Un diálogo, el de ‘Models’, poco convencional y alienado. Un espectáculo total -con temones como ‘Blurring’- que además sirve para cuestionarnos muchas cosas. Por ejemplo, plantearnos preguntas sobre cómo vivimos, creamos o interpretamos la realidad que nos rodea.

Lee Gamble presents ‘Models’ with Candela Capitán

Sevdaliza, Loraine James, VMO a.k.a. Violent Magic Orchestra

Como todo gran festival que se preste, el vaivén de personas para catar las diferentes propuestas en todos y cada uno de los escenarios es continuo. También actividades y experiencias, en el caso de Sónar Barcelona no olvidemos todo lo relacionado con Sónar+D. En mi ranking anual personal, este año se han llevado la palma las propuestas del SonarHall. Además de Ela Minus y Lee Gamble, es allí donde actuaron la joven Bikôkô, Sevdaliza, Blackhaine, VMO a.k.a. Violent Magic Orchestra, Loraine James y EMPTYSET.

Me paro primero en la puesta en escena de la iraní-holandesa Sevdaliza, más completa y oscurita de lo habitual, lo cual me caló. Buen contraste de matices vocales y acertadísimo acompañamiento de músicos. Con ese poderío escénico, no exento de mensajes hondos y cortantes, se metió de lleno al público en la buchaca. La convincente interpretación -viaje ritual entre el Art Pop, el R&B y el Techno- de sencillos como ‘Ride or Die’, o el inédito ‘Alibi’, hicieron el resto.

Sevdaliza. Foto: Nerea Coll
Sevdaliza. Foto: Nerea Coll

Otra artista que me mantuvo como un suricato de pie mientras tocaba fue Loraine James. En mi opinión, una de las propuestas nuevas surgidas últimamente en Reino Unido que me han suscitado mayor interés. Sus discos ‘For You and I’ (2019) y ‘Gentle Confrontation’ el año pasado, ambos para Hyperdub, acabaron de ponerlo de manifiesto. Tenía ganas de ver cómo se defendía, y su Live A/V Show no defraudó. Más perversa con la rítmica y las variaciones de lo habitual, su tramado de IDM vanguardista, melodías sintéticas, Emo Soul y glitcheo de encendido súbito, me rebautizaron como persona. Los visuales y el escudarse en un baterista, otro doble acierto. Lo suyo es tener buena puntería.

Una propuesta que ya me intuía alienada e intensa era la de los japoneses VMO a.k.a. Violent Magic Orchestra. La barba voló de lado a lado ante tal somanta sonora, lumínica y visual (muy sobresaliente esta última) de un quinteto enajenado, son artistas que saben romper moldes mezclando como pocos desde Noise, Doom Metal, Drill, pasando por Ambient Drone, Hard Techno y Gabber. El negro-oscuro del infierno y un cielo a tope de rayos eléctricos -esas guitarras cuadradas con sintes melódicos de notas altas- se hermanaban en ‘Death Rave’. Formas y energías no aptas para gente sensible. Ideal, en cambio, para fanáticos de SUNNO))), como es mi caso.

Sónar 2024
VMO. Foto: Clara Orozco

ABHIR, Aïsha Devi, Kelly Moran, Verde Prato destacando en Sónar

De contrastes, expresiones artísticas diversas y experiencias novedosas se alimenta el deseo de respirar un Sónar año tras año. Curiosamente -y quien me conozca bien lo valorará mejor- me sorprendió, y desde ya elogio, la actuación de ABHIR (en el SonarPark by DICE). Menudo tirón tiene el artista canario de orígenes indios quien, ataviado de un atuendo fosforito, más bien protector integral de motocross, un juego cercano de cámaras que no lo perdían de vista en sus constantes embestidas sobre el escenario, y una enigmática pero sugerente bailarina.

La historia personal y familiar contada a través de lo sagrado y lo urbano. El poder de las palabras, la conexión y el movimiento. Sudó la gota gorda, vamos, que se lo dejó todo el amigo Abhir Hathi, para con aptitud y suficiencia, dejar al público presente muy contento. Temas en directo como ‘Bangladesh’ o ‘YALLAH (يلا)’, un pote cargado de dinamita.

ABHIR. Foto: Nerea Coll

Aïsha Devi tampoco rehúsa de sus raíces. En este caso nepalíes. He tenido la ocasión de verla actuar de nuevo -y en pocas semanas- defendiendo su nutritivo álbum ‘Death Is Home’, y en esta ocasión con el amparo del artista visual Emmanuel Biard en el diseño del espacio y su iluminación. El espectáculo en Sónar -bautizado como ‘Les Immortelles’- introduce nuevos componentes muy, pero que muy ligados, con los fantasmas de los ancestros. Un viaje dinámico y trascendental donde convergen la electrónica herencia del trance y la rave, así como los movimientos y las voces sobrenaturales. Aïsha forja y cura a su público. Aunque bien sabemos ya que igual estando de pie, girando sin rumbo fijo y en un entorno más ligado a lo mágico y natural ¡uf! eso sería lo más.

Sónar 2024
Aïsha Devi. Foto: Nerea Coll

Y si buscábamos más dosis de magia sobre el escenario, doble tazón en el Complex+D: Kelly Moran y Verde Prato. El talento de estas dos jovencísimas músicas es muy cafre. La compositora e intérprete con base en Nueva York no toca con los dedos, más bien desliza su técnica como si estos flotaran sobre unas notas siempre certeras. Cuidadosa y delicada, pero sobrada. Poquísima gente ‘nueva’ es capaz de seducir como ella lo ha hecho al curtido y respetadisimo sello Warp. También a artistas como Joshua Eustis (Telefon Tel Aviv) o Oneohtrix Point Never. Emociona y redirecciona la música clásica, sin descolocarla en absoluto.

Verde Prato por su lado, es como otra niña que sueña despierta. Y digo esto no a voleo, más bien pensando en la maravillosa canción de su ‘Adoretua’, y por como la tolosarra se desliza y transmite sobre la escena. Hechiza y nos transporta a través de soniquetes sutiles de electrónica, de una cantautora que no ignora el folk, incluso el torrente ochentero del denominado euskal rock erradikala. Transmite cercanía -es como esa amiga que disfrutas porque siempre va a su santa bola- y no es complicado pillarle cariño a lo que hace. A lo que presenta y representa. Encima, como de bonito y sencillo se expresa bailando… Devoción.

Sónar 2024
Kelly Moran. Foto: Nerea Coll
Sónar 2024
Verde Prato. Foto: Leafhopper

La fiesta continúa en el SonarVillage

Si existe un área durante las tres jornadas del Sónar de Día donde la fiesta parece no acabar nunca, esa es la inmensa zona al aire libre que alcanza el SonarVillage. En esta ocasión colmada de ritmos y música ultra-bailable gracias a artistas consagrados como Laurent Garnier, Kittin o DJ Paulette junto a Stacey Hotwaxx Hale, u otros que en los últimos años se abonaron al carro de los BPM y que, aunque perteneciendo a escenas bastante opuestas, el disco / funk house o el hardcore-trapero. Con esto me quiero referir concretamente a los actos polarizados de Folamour y el estonio TOMMY CASH.

Estaba claro, si querías parrandeo y encima a la fresca (me repito, pero es que fue así) tenías nada más bajar la cuestecilla al recinto ese open air club en el que se ha convertido el SonarVillage. Muy refrescantes y complacientes me resultaron las sesiones de, precisamente, los franceses. Monsieur Garnier, ataviado como siempre de su personal astro y carisma, tiró de ‘normas sensei’ para encender y mantener a todos los asistentes (a rebosar) con tres horas más afines al Tech-House vitalista pero no asfixiante, que al Techno noctívago. Todo bien salpicado de su maestría en las mezclas y su eficacia eligiendo temas (incluso recortes casi siempre reconocibles). Si, él sabe bien cómo sacarle partido no solo a lo analógico, al vinilo, también a la tecnología digital.

Sónar 2024
Laurent Garnier. Foto: Dani Cantó
Laurent Garnier. Foto: Dani Cantó

Folamour en cambio prefirió domar la bulla con el buen rollismo que precede a los sonidos houseros, disco e incluso funky (esta vez más con el puntero puesto sobre lo ibicenco, que sobre la negritud clásica y unos edits bestiales que le he escuchado pinchar alguna vez al muchacho).

TOMMY CASH todo lo contrario, tirando de pesos pesados, popping y trap mega tuneado con Hardcore barriobajero. No olvidemos que estamos ante todo un personaje. Un performer cuya presencia está llena de broma y sarcasmo. Vestido con una camiseta de Metallica, un kilt, con un peinado indescifrable y unos vídeos delirantes… nos sacudió las pulgas y cualquier señal de tedio a los asistentes. Para confesarnos, buscamos otro día.

Falamour. Foto: Ariel Martini
Sónar 2024
Tommy Chas. Foto: Nerea Coll

Finalmente, otro buen puñado de efectividad -que no efectismo- en la labor de Kittin (escoltada de David Vunk), y las incombustibles Stacey Hotwaxx Hale b2b DJ Paulette, demostrando sobradamente de donde vienen y el recorrido que los mantiene sanotes y a flote. Un intercambio de beats desinhibidos en su mayor parte tributando las escenas clubbing ochenteras y noventeras, de Europa  y los Estados Unidos, respectivamente.

Mención aparte, en positivo, para la sudafricana Toya Delazy, su autoridad y mezcolanza de sonidos étnicos y beats electrónicos. En el otro lado de la balanza, Horsegiirl, una fritura que me resultó imposible de digerir.

Sónar 2024
Kittin y David Vunk. Foto: Ariel Martini
Ambiente SonarVillage con Toya Delazy. Fotofrafía: Nerea Coll
Toya Delazy. Foto: Nerea Coll
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Horsegiirl. Foto: Nerea Coll

AIR en directo rememorando «Moon Safari», poca broma

Poner a prueba la distancia, la comodidad de moverse por un entorno bajo control y, aunque bastante poblado, sin aglomeraciones latosas, es todo un reto. Pero tener la oportunidad de ver, escuchar a Air en directo rememorando esa obra de arte que es ‘Moon Safari’, no es tontería. Un gran reclamo, a la vez que un must.

Es precisamente un concierto así, en plan conjunto musical, con vibraciones más downtempo, de directo, como en su momento lo viví con Bonobo en el escenario grandote y al aire libre del Sónar de Día, lo que quizás eché más de menos esta vez. Por otro lado, ¿cómo encajarlo tanto por capacidad y encima en un escenario que está funcionando de maravilla con sesiones de puro baile?

El caso es que el elegante dúo galo formado por Nicolas Godin y Jean-Benoît Dunckel, abanderados del lounge, psicodelia instrumental fina y el downtempo moldeado con sensualidad, tenían -25 años después de la salida de ese LP imprescindible- el compromiso de retrotraernos y hacernos respirar, nunca mejor dicho, un aire sofisticado y relajado.

Sónar 2024
AIR. Foto: Nerea Coll

En formato ampliado, como banda, encajonados en un inmenso rectángulo con neblina que iba cambiando de tonalidades, defendieron en el SonarClub, abriendo Sónar de Noche, la pieza maestra que ya sabemos. Un honor, y una pausa para gozar y reflexionar que entiendo, como todo aquel con quien he ido hablando, hubiese cuajado mejor en otro marco ¿un concierto inaugural quizás? El horario, por eso, tampoco es que fuese un disparate.

Un auténtico placer sentir como la ciudad de Barcelona se convierte año tras año en el epicentro mundial de la electrónica, We love Sónar!

Sea como sea, para mi es un auténtico placer sentir como la ciudad de Barcelona se convierte -año tras año y oficialmente se suman ya 31 ediciones- en epicentro mundial de la música electrónica de vanguardia, de los sonidos de club, y de otras tantas experiencias, de actividades como el consolidado Sónar+D, durante las jornadas que transcurre. Hay que destacar con satisfacción que Sónar volvió a superar sus números de asistencia, alcanzando un total de 154.000 asistentes (de los 122.000 del año pasado y del récord histórico, 126.000, de 2018).

Paul Kalkbrenener
Jennifer Cardini & Haii
Charlotte de Witte
Charlotte de Witte
Casisdead
Kabeaushe
Espai Oniric
Sónar+D 2024. Proyecto Area.

Sónar Barcelona 2025 se celebrará los días 12, 13 y 14 de junio en Fira Montjuïc y Fira Gran Via. Y una alegría, más si cabe después de… Sabemos que contará además con un concierto inaugural el mismo jueves 12 de junio en el Palau de la Música Catalana, en el que se interpretarán obras de uno de los pioneros del minimalismo, Steve Reich y Raquel García-Tomás.

El festival también tendrá ediciones en Lisboa y Estambul el próximo año, siendo la cuarta y la novena vez que se celebran en estas ciudades, respectivamente.

Más información en la web del festival.

Texto: Bruno Garca
Foto cabecera: Air por Nerea Coll

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